Representantes del Comité de Vivienda Unión de Miraflores recibieron por parte del municipio de Coihueco, la escritura que los hace propietarios de un terreno ubicado en el sector, antes municipal y hoy perteneciente a las familias.
Por medio de este traspaso, podrán construir ahí sus viviendas tras 16 años de espera.
Según explicó el alcalde Carlos Chandía, el comité pidió al concejo la donación del terreno, tras lo cual el municipio inició las gestiones ante el Ministerio del Interior para que ellos, junto al Ministerio Bienes Nacionales, autorizaran la donación.
Las diligencias fueron exitosas, con lo cual se pudo concretar esta solicitud, “lo que nos deja profundamente contentos, porque sabemos la importancia de los proyectos habitacionales para nuestra comunidad”, afirmó la autoridad comunal.
La buena nueva, según lo que dio a conocer la presidenta del comité, Haydee Badilla Alarcón, representa un enorme logro para las familias integrantes, ya que muchas de ellas arriendan o viven de allegadas.
De acuerdo a su relato, el comité está constituido por 48 familias, de las cuales 34 están activas de modo permanente.
“Estoy muy agradecida con el Concejo y con el alcalde Chandía, que nos apoyó desde el principio”, recalcó.
Ahora, que ya tienen un terreno donde edificar, seguirán con el paso siguiente, que es reunirse con la constructora que se hará cargo del proyecto, afirmaron en el comité.
Problema nacional
La recepeción de la escritura que permite al comité pasar a ser propietario del terreno que era municipal, fue destacado por ambas partes en momento en que en el país el acceso a una vivienda es una quimera para millones de personas, muchas de las cuales deben vivir en terrenos tomados por la imposibilidad de acceder a algún proyecto habitacional o no tener capacidad de ahorro para acceder a algún subsidio habitacional.
Un estudio de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), con datos de las encuestas Casen del 2015 y 2017, reveló que el déficit habitacional en el país afecta negativamente la calidad de vida de 2,2 millones de personas.
Desde el 2015, este problema de déficit habitacional y crisis urbanística viene exacerbándose. La necesidad insatisfecha de viviendas llegó, en el 2019, a 739.603 unidades entre casas y departamentos.
Por segmentos socioeconómicos, en las familias de menores ingresos el déficit habitacional aumentó 10% entre 2015 y 2017. La situación es aún más grave en el caso de las familias de sectores medios, ya que el déficit total se incrementó en 28%.
Se trata de un problema grave, coinciden expertos, puesto que ha afectado la calidad de vida y el bienestar de muchos por casi media década.
“La evidencia urbanística sugiere que no deberíamos subestimar el rol que han tenido la crisis urbana, la segregación urbana, la falta de áreas verdes y de espacios de compenetración social y la profunda crisis habitacional en generar nuestra crisis social”, afirma Pablo Paniagua de la Fundación para el Progreso, quien sostiene que el tema del acceso a la vivienda debiera estar presente entre los constituyentes que redactarán la nueva Constitución.