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En octubre del año pasado la Comisión de Evaluación Ambiental de Ñuble conformada por el intendente y 10 seremis, rechazó en forma unánime el primero de los 11 centros de cultivos de salmones que Pelícano S.A. pretendía instalar en las costas de Ñuble. El proyecto se emplazaba en el sector Pullay de Cobquecura. Días antes la firma desistió de dos centros en la comuna y otro en Trehuaco. Y en enero se rechazó la Declaración de Impacto Ambiental de Estero Perales en Coelemu.
Cobquecura aún continúa en incertidumbre, pues son cinco los sistemas de cultivo que la empresa persiste en instalar: uno en Colmuyao, Montezorro, Mela y dos en Santa Rita. El 2 de septiembre se cumple el plazo para que Pelícano publique las respuestas a las observaciones del municipio y otras organizaciones. Después el municipio podrá plantear observaciones a esas respuestas en un plazo aproximado de diez días.
El Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) ha fijado el fin del plazo de la evaluación para la segunda quincena de octubre, por lo que luego de que realice el consolidado, la Comisión de Ñuble tendrá que decidir si aprueba o rechaza cada uno de los centros. Además, la empresa mantiene en calificación un proyecto de cultivo de algas en Punta Purema, Tomé, en el límite con Coelemu.
“Si la Comisión fue capaz de dar un informe negativo del primer proyecto, creemos que no debería ser diferente la nueva resolución que adopte, pues todos son iguales, pero lucharemos hasta el último punto. Tendremos acciones y movilizaciones desde la próxima semana”, enfatiza el alcalde de Cobquecura, Julio Fuentes.
Industria cuestionada
Cristóbal Bustos, vocero del movimiento Todos Somos Cobquecura, adelanta que “cuando la empresa conteste, lo que haremos es volver a manifestarnos en Chillán para que Ñuble demuestre que no quiere esto para su mar”. Bustos advierte que “esperamos que la autoridad entienda que el problema va más allá de un simple análisis técnico, sino que tienen que evaluar la globalidad de la industria salmonera en Chile, la que ha sido nefasta y ha provocado una crisis ambiental, un ejemplo es Nova Austral, que estaba falseando las mortalidades de salmones a Sernapesca”.
Romilio Espejo, bioquímico de la Universidad de Chile y Premio Nacional de Ciencias Aplicadas 2018, quien trabajó en la industria acuícola y reside actualmente en la comuna, analiza las consecuencias del proyecto.
“Es difícil entender qué es lo que quiere esta empresa. Mi impresión es que es un intento por apropiarse de los derechos para cultivar ahí, lo que en 10 años más puede ser valioso cuando haya tecnologías apropiadas. Como negocio parece ser muy arriesgado y ambientalmente es inaceptable. Es improbable que esos derechos los vaya a implementar, pues es un rendimiento nuevo, lejos de la costa, aprovisionado desde Talcahuano, donde no será fácil predecir si van a tener las condiciones climáticas apropiadas todo el tiempo de explotación”, explica.
Espejo precisa que “no tiene sentido plantear un sistema que no ha sido comprobado en su efectividad. Para la región no trae ningún beneficio económi-co, solo contaminación”.
Y agrega: “Las autoridades tienen que escoger entre un proyecto aventurado y pre-servar el principal desarrollo del litoral de Ñuble que es el turismo. Esto no va a traer empleo para nadie de la zona, a no ser que en algún momento tengan que emplear gente para limpiar la costa por los daños que provoquen. Para las auto-ridades regionales está clara la decisión, no pueden tomar otra que no sea rechazarlo”.
El alcalde asegura que están preocupados por un posible acercamiento entre la empresa y autoridades, particularmente en el interés de Camanchaca, firma vinculada a Pelícano S.A., de utilizar el aeródromo de Chillán. “Ese lobby que se está realizando con autoridades de Ñuble da a entender que van a embarcar sus productos que están relacionados con pesca. Es contraproducente porque si tengo mi centro de operaciones en Talcahuano y Tomé a minutos de Carriel Sur, no entiendo cuál sería la situación, a no ser que ya estén proyectando sacar la producción de salmones, que serían las de jaulas instaladas en Cobquecura, por eso nos pusimos en alerta, porque no nos pareció ético de parte de nuestras autoridades”.
El intendente Martín Arrau manifestó que “no me puedo referir a los proyectos en revi-sión por parte del SEA, ya que presido la comisión donde se votan las iniciativas de Ñuble y pronunciarme previamente implicaría la inhabilitación de mi voto”.
El seremi de Medio Ambiente, Patricio Caamaño, sostuvo que “cada proyecto es distinto en su forma y observaciones. Más allá del rechazo de la comunidad, lo que aportan es desde el punto de vista técnico”. En tanto, Mark Stengel, representante legal de Cul-tivos Pelícano S.A., declinó responder las consultas de este medio.