La costanera del sector La Lobería fue el escenario que concentró la conmemoración de los diez años del terremoto del 27 F en Cobquecura, epicentro de la catástrofe.
Múltiples invitados presenciaron el acto central, el cual estuvo marcado por números culturales que llamaron a la reflexión.
“Decidimos realizar este acto para recordar lo ocurrido hace 10 años atrás en nuestra comuna, donde cientos de casas quedaron en el suelo y miles de personas damnificadas, las que en este tiempo han logrado en su gran mayoría reconstruir sus hogares y ponerse de pie nuevamente, de mostrando con ello el temple, la fuerza y la entereza que nos caracteriza a los cobquecuranos”, afirmó el alcalde de Cobquecura, Julio Fuentes.
Aporte de Taiwán
En el acto tuvieron una especial participación representantes de la Fundación de Caridad Budista “Tzu Chi Chile” de Taiwán, además de funcionarios de la embajada de ese país en Chile quienes desde hace 10 años brindan ayuda a la comuna.
Llegaron con una ayuda social que beneficiará a unas 200 familias de distintos sectores de la comuna, que corresponden a familias vulnerables.
“Esta Fundación ya nos ha ayudado en varias ocasiones anteriores con carpas, cajas de alimentos, frazadas, utensilios personales y plásticos que fueron de gran ayuda para nuestras familias que estaban damnificadas”, afirmó la autoridad comunal.
El acto se centró en el mismo lugar donde existe un monolito que recuerda esta fecha, donde las autoridades descubrieron una placa para agradecer el aporte y dejar en ese lugar este hito “que nos permite mirar con optimismo el futuro para la comuna, gracias al esfuerzo y el trabajo de nuestra gente que nos permitió levantarnos, convirtiéndonos en un polo de desarrollo turístico que se merece ser llamada la costa oficial de Ñuble”, concluyó el alcalde.
Epicentro
Cobquecura fue el epicentro del 27F, el cual técnicamente se ubicó a 35 kilómetros de profundidad, 150 kilómetros al noroeste de Concepción y 63 kilómetros al suroeste de Cauquenes.
Por sus características morfológicas, sin embargo, el sismo no causó un tsunami en las costas del balneario ñublensino que sufrió la destrucción de diferentes viviendas, lo que obligó al Gobierno a crear un subsidio especial para levantar las viviendas conservando su estilo patrimonial.