Señor Director:
Desde el 1 de marzo las isapres no podrán seguir comercializando planes con coberturas reducidas para salud mental, lo que, sumado al fin de las preexistencias desde el 3 de enero, constituye el avance más importante de los últimos años en esta área de la salud.
Ambos cambios, originados en la circular N°396 de la Superintendencia de Salud, vienen a materializar la premisa de que “no existe salud si no hay salud mental”, plasmada en la ley N°21.331 que reconoce los derechos de las personas en este ámbito.
Así, a contar del próximo mes las isapres no podrán imponer topes inferiores a los de las prestaciones en salud física, facilitando el acceso a atenciones en psiquiatría y psicología con un menor costo para los pacientes.
Nos acercamos más a una sociedad sin discriminación contra quienes padecen este tipo de patologías y donde la salud mental deje de estar en el patio trasero del sistema sanitario, invisible, para llegar al lugar trascendental que siempre debió ocupar.
Los problemas de salud mental que sufren silenciosamente miles de personas están en la base de una variada gama de otras enfermedades y su tratamiento podría contribuir a mejorar ostensiblemente la calidad de vida de muchos.
Ojalá no sea la última de las acciones del Estado para saldar la enorme deuda que mantiene con la salud mental de los chilenos.
Dr. Mauricio Bonilla
Director de Saluta, Especialista en Salud Pública