Señor Director;
Siempre es una buena medida ampliar la cobertura de las intervenciones, en este caso, la del Plan Calles sin
Violencia a las comunas que actualmente no son parte de él. No obstante, el desde un inicio debió implementarse
sin considerar la comuna como unidad beneficiaria, ya que el crimen y la delincuencia no ocurren o están deter-
minados por limites político-administrativos, sino que son un fenómeno territorial.
Si bien es preocupante el registro de homicidios observados la semana pasada en la Región Metropolitana, la
extensión del Plan a toda la región no deja de ser otra medida centralista. El fenómeno delictual que estamos ob-
servando es un problema país, y no regional o comunal como para seleccionar una sola región o solamente ciertas
comunas en otras. En la actualidad hay regiones con baja cobertura, donde muy pocas o una sola comuna forman
parte de él. Ejemplo de estas son la Región del Biobío, donde solamente las comunas de Concepción, Coronel y Los
Ángeles forman parte del Plan, así como Temuco en la Araucanía, Puerto Montt en Los Lagos, Chillán en Ñuble y
Valdivia en Los Ríos.
El crimen se desplaza, y las autoridades no debiesen esperar a que en otras regiones ocurra lo mismo que está ocu-
rriendo en la Región Metropolitana para tomar medidas y rediseñar la focalización del Plan Calles sin Violencia.
Hugo Contreras Gómez
Centro de Políticas Públicas UDD