Share This Article
Una vez más, la Región de Ñuble muestra antecedentes estadísticos preocupantes en materia de percepción de seguridad, lo que perfectamente se puede traducir a “miedo”.
Junto a las regiones de Atacama y de Antofagasta, que han sufrido como ninguna otra zona del país, los conflictos generados por la inmigración irregular y el asentamiento del crimen liderado por bandas extranjeras, la región número 16 del país, la más nueva, asoma en lo alto del informe evacuado por el INE a inicios de semana, a través de los resultados de la Encuesta Nacional Urbana de Seguridad Ciudadana (Enusc), con un 91,86% de los encuestados admitiendo creer que la delincuencia ha aumentado en el país.
Sin embargo, la cifra deja una enorme interrogante, cuando se contrasta con las de victimización de hogares e individuales, ya que en ambos ítems la región figura entre las menos afectadas de Chile.
“En eso juega un papel relevante el tema de la cifra negra, que si bien se intentó medir en esta última encuesta, hecha en 2023, es imposible establecer un estimado real de las personas que no denuncian cuando son víctimas de robos o estafas”, dice el abogado Rodrigo Vera Lama, magister en Derecho Penal, exfiscal militar y autor de dos libros sobre inteligencia en materia de Seguridad y Defensa en Chile.
Para el investigador, “es imposible, cuando se busca cotejar cifras para llegar a una conclusión o un análisis, para –supuestamente- aplicar políticas públicas acertadas, el separar el contexto total de una región, ya que el crimen no es un fenómeno independiente del resto de las condiciones de un lugar. Entonces, es que hay total concordancia entre la percepción de inseguridad con el que Ñuble sea la región más pobre del país, la que tiene mayor deficiencia energética, con altísimas tasas de desempleo, deficiente infraestructura urbana, inequidad regional y alto hurto de cables”.
El exfiscal concluye que “entonces las personasven que pasan los gobiernos y solo cambian los eslogan, pero se pasó de ser la segunda región más pobre (tras La Araucanía) a la más pobre; ven que Carabineros informa que tal o cual detenido ya había sido formalizado decenas de veces y siguen libres, y cuando ven que las personas que trabajan en para el Gobierno son los únicos que tienen millonarios sueldos en Ñuble, entonces dejan de creer en las instituciones, no denuncian e incluso se desinteresan por informarse respecto a lo que pasa en la región”.
Conforme a los estudios más recientes del Casen, las regiones con mayor tasa de pobreza en Chile son Ñuble (12,1%), La Araucanía (11,6%), Tarapacá (11%) y Arica y Parinacota (9,2%).
Coincidentemente, la Enusc 2023 muestra que Ñuble (91,86%), La Araucanía (89,86%) y Arica y Parinacota (89,97%) presentan cifras de percepción de inseguridad que sobrepasan el promedio nacional, de 87,66%.
En contraste, la Enusc sostuvo que en Magallanes (3,4%), Aysén (4%), Metropolitana (4,4%) y Los Ríos (5,9%) se observan las tasas más bajas de pobreza; presentando esas mismas regiones un porcentaje de sensación de inseguridad, inferior al nacional.
Las cuatro comunas en rojo
Al observar los cuadros estadísticos que ofrece la Enusc en materias claves como porcentaje de percepción del aumento de la delincuencia en el país, victimización de hogares y victimización individual, hay cuatro comunas que aparecen entre las de mayor incidencia: Chillán, Chillán Viejo, Coihueco y San Carlos, aunque todas ellas están muy por debajo de la media nacional en cada uno de esos puntos.
La única excepción es el caso de victimización por hogares, en la que el porcentaje nacional es de 34,7%, siendo superado por el de Chillán Viejo, con 35,41%.
No menos preocupante es lo que se observa en Coihueco, que figura entre las 50 comunas del país con mayor promedio de victimización, considerando hogares, individuales, violentos y no violentos, con un 10,1%.
Dentro del contexto regional, Chillán Viejo lidera los porcentajes de delitos (no violentos) por hogares, victimización no violenta por personas (16,30%) y delitos violentos por persona (04,04%)
En tanto, Coihueco, está a la cabeza regional en delitos violentos por hogares (07, 20%) y -por lejos- en cantidad de personas que asegura haber visto tráfico de drogas en sus calles, con un 20,06%, lo que es casi un 70% más que el promedio nacional, que se cifró en 13,1%.
En ambos municipios tienen una explicación casi opuesta para el mismo fenómeno.
El jefe de seguridad municipal de Coihueco, Alexis Cofré, dijo a La Discusión que “se ha estado haciendo un muy buen trabajo por parte de Carabineros y de la Inspección Municipal, en materia de prevención y seguridad. Por lo tanto, si aparecen mayores cifras de delitos, es porque las personas están atreviéndose a denunciar más, lo que antes no ocurría. Entonces, no es que haya más delitos, sino que hay más denuncias”.
Con referencia a la presencia de tráfico de drogas en su comuna, añadió que “eso es algo que ha pasado en todo el país, no solamente acá, pero mentiría si dijera que a Coihueco han llegado organizaciones o delincuente de otras regiones, porque eso no es así, se trata de las mismas personas de la comuna, y tampoco no son tantos”.
Desde el municipio de Chillán Viejo, el encargado de seguridad, Álvaro Rivas, admite que no tuvieron un muy buen 2023.
“Nosotros no habíamos tenido un solo homicidio, durante seis años hasta el 2022. Pero en 2023, hubo tres, y este año ya van dos” apunta. El dato es relevante si se considera que “un homicidio, como casi ningún otro delito, genera mucha conmoción pública, mucha inseguridad y eso se reflejó en esas cifras”.
Sin embargo, comenta que “la comuna ya tiene 266 cámaras de televigilancia, lo que la transforma en la que tiene más cobertura con esta tecnología por metro cuadrado en toda la región. También se generó un fono municipal de denuncias (*4127) que ha tenido buena respuesta y todo eso nos ha permitido entregar valiosa evidencia a la fiscalía”.
Como ejemplo, cita el caso de la detención de una banda que se dedicaba a robar en establecimientos educacionales, y que fue formalizada la semana antepasada, quedando todos en prisión preventiva.
“La gente ya está consciente de eso, los vecinos nos han dicho que se sienten más seguros, por lo que es probable que para la próxima encuesta, haya mejores cifras respecto a Chillán Viejo”, dice.
Menos optimista se muestra el concejal Jorge Silva, de la comuna de San Carlos, quien asegura que “si la encuesta se hiciera este año, quedamos de primero en todo, quizás en el país”.
La capital del Punilla hizo noticia hace unas semanas luego que el dueño de un local comercial intentara repeler un asalto con un arma de fuego, dando muerte de manera accidental a un cliente.
“Y después de eso, hubo otros 11 robos en el centro. La gente está aterrada, en especial los comerciantes y esto es algo que no tiene solución, hasta que no cambie la justicia garantista que tenemos en Chile”, plantea.
La capital de Ñuble
Chillán no lidera ninguna de estas cifras de percepción negativa en seguridad, dentro de la región, pero siempre está dentro de las primeras, por ser la capital y la ciudad con mayor población en Ñuble.
Para el concejal, Rodrigo Ramírez, presidente de la Comisión Seguridad del Concejo Municipal, la “falta de confianza de las personas en sus leyes, en la justicia, en las políticas públicas hace que, sencillamente, pierdan la esperanza de ver a su comuna como alguna vez fue. Si la gente se arma, es porque no confía; cuando ven que a un cabro chico lo detienen y al otro día lo suelta, la desconfianza empeora”.
Para el edil, “las cámaras, las salas de monitoreo son útiles, pero sin un relato coherente en los tribunales no se puede hacer nada, por lo demás, el Gobierno no se puede seguir confiando por los esfuerzos que han hecho las municipalidades en materia de seguridad, no es trabajo del municipio velar por la seguridad de la gente, es del Estado, y no lo están haciendo”.
Un 26,6% de los hogares en Chillán figuran como victimizados, de ellos, un 05,80%, de manera violenta.