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Dos meses impagos es lo que cumplieron el 1 de septiembre los trabajadores de la empresa Línea Azul, luego que por orden del Ministerio de Transportes se ordenara la suspensión para ejercer ningún tipo de servicios, ni transporte de pasajeros, ni servicios de encomienda a cualquier parte de Chile.
Esto luego de que la SIAT de Carabineros advirtiera deficiencias mecánicas y eventuales delitos, como la adulteración de las placas patentes en el bus que protagonizó un fatal accidente el pasado 29 de julio en San Francisco de Mostazal, Región de O’Higgins, en el que fallecieron seis pasajeros, uno de ellos de Ñuble.
Por tratarse de desperfectos técnicos que, según la Fiscalía de Graneros, el chofer, el jefe de taller y el gerente de la empresa, estaban conscientes, se les formalizó a los tres por cuasidelito de homicidio.
Tanto el chofer como el jefe de taller quedaron con cautelares de arresto domiciliario- nocturno y total, respectivamente-, el gerente, Marcelo Hernández, sigue en prisión preventiva, desde los primeros días de agosto.
Esto hizo que ni en junio, ni en el mes pasado, los choferes pudieran recibir sus sueldos, pese a que se han reunido con diferentes representantes de la empresa, quienes “nos decían que un día nos iban a pagar, después que otro y así. Pero la verdad es que no ha pasado nada y nos cansamos de esperar”, dijo Freddy Puentes, uno de los cerca de 10 conductores que ayer decidieron manifestarse en forma pacífica en las afueras de la casa de la familia del gerente, ubicada en el sector de Quilamapu.
“Lo que pasa es que en el taller nadie sabe nada. Nadie nos da una explicación, lo único que pedimos es que se aclare la situación, que nos den una fecha concreta y no promesas”, insistió.
En la ocasión, fueron atendidas por una de las hijas de Hernández, quien solo les preguntó “que quiénes éramos y qué queríamos. Le dijimos que queríamos que nos pagaran, entonces dijo que nos iban a pagar, se dio la media vuelta y cerró la puerta”, añadió Puentes.
Jorge Sanhueza, otro de los afectados, aclaró que tras la reunión que los trabajadores sostuvieron con la Seremi del Trabajo, “no nos pudimos poner de acuerdo para hacer una causa común. Los más antiguos demandaron porque a ellos se les debe harto. Nosotros tenemos poco tiempo en la empresa, solo un par de años, y seguiremos viniendo a esta casa pacíficamente porque tenemos esperanza de arreglarnos por las buenas y en paz”.