Algunos centenares de aficionados serán autorizados a entrar el sábado en un estadio de fútbol en China, con ocasión de un partido de la Superliga del país asiático, algo que no había ocurrido desde el inicio de la pandemia de COVID-19.
La temporada comenzó el 25 de julio con cinco meses de retraso respecto a la fecha prevista debido a la crisis sanitaria. Hasta el momento se desarrolla a puerta cerrada en estadios neutrales, en las ciudades de Suzhou y Dalián.
El coronavirus se manifestó por primera vez en China a finales de 2019. Pero el ‘gigante asiático’ ha podido contener la pandemia y desde mediados de mayo no contabiliza ningún muerto.
Varios responsables de la federación se reunieron el miércoles con las autoridades de Suzhou para asignar 500 localidades a los aficionados del Shanghai SIPG y otras 500 a los del Pekín Guo’an, según una fuente próxima.
Ambos equipos son candidatos a alzarse con el título. El club de Shanghái cuenta en sus filas con los brasileños Hulk y Oscar.
La cifra máxima permitida está aún pendiente de aprobación por los “servicios pertinentes”, pero 1.900 personas en total podrían presenciar el partido, indicó este jueves el Periódico de la Juventud de Pekín, un medio oficial.
Además de los aficionados de ambos equipos, podrían estar presentes en las gradas miembros del personal sanitario, o personas que participaron en las labores de rescate en las recientes inundaciones en el sur de China.
Cada espectador deberá contar con una atestación que demuestre que no se contagió de coronavirus la semana previa, llevar mascarilla, respetar una distancia de al menos un metro, y tomarse la temperatura a la entrada del recinto.
La mayoría de los campeonatos de fútbol en el mundo se han reanudado ya o se disponen a hacerlo. Pero a menudo los partidos tienen lugar sin presencia de público.