Por primera vez en la historia un juez ñublensino es nombrado presidente de la Corte Suprema, el cargo más alto que existe dentro del Poder Judicial de Chile. Se trata del chillanejo Juan Eduardo Fuentes Belmar, quien con sus 72 años y casi 50 al servicio de la judicatura, fue nombrado para ese importante puesto, principalmente por su antigüedad, que es uno de los factores a considerar para el nombramiento.
Estará en el cargo, a partir del próximo 6 de enero y por los próximos dos año, sucediendo al magistrado Guillermo Silva Gundelach, oriundo de Penco (Región del Biobío) y cuyo hermano, Darío, fuera, hasta fines de septiembre de este año, ministro de la Corte de Apelaciones de Chillán.
El nuevo presidente del máximo tribunal del país, recordó sus primeros pasos por el camino judicial, en Ñuble, cuando entregó sus primera impresiones en público, tras confirmarse su nombramiento.
Luego de agradecer a sus pares por la votación, repasó su trayectoria. “Asumo este cargo con humildad y responsabilidad. He dedicado mi vida a la administración de justicia, de lo cual me enorgullezco. Desde 1974, cuando ingresé como secretario del Juzgado de Letras de Yungay y luego durante 47 años he servido en los cargos de juez, relator, secretario de Corte y ministro en localidades, en su momento, en San Carlos, Chillán, Talca, Arica, Valdivia y Santiago”.
Previamente, de su etapa de estudiante, se destaca que realizó su periodo primario y secundario en la ciudad de Chillán y se tituló como abogado tras egresar de la carrera de Derecho en la Universidad de Concepción.
Victor Jara y DD.HH
El ministro Fuentes fue nombrado en 2011 como integrante del Tribunal Calificador de Elecciones (Tricel), donde se ha desempeñado en los cuadrienios 2012-2016; 2016-2020 y sigue vigente en el periodo 2020-2024.
En esa función destaca el haberse pronunciado a favor de anular el triunfo del alcalde de San Ramón, Miguel Ángel Aguilera, y ordenar la repetición de los comicios municipales en algunas mesas de la comuna.
También se pronunció a favor de que Marco Enríquez-Ominami llegara en noviembre a la papeleta, en la pelea judicial librada por el candidato progresista.
Pero sin duda, dentro de lo más emblemático realizado en funciones de arbitrar en causas por violaciones a los derechos humanos, está la investigación que dirigió por el asesinato del músico Víctor Jara, en 1973.
En esta causa, en 2008 cerró la investigación decretando como único culpable al coronel (r) de Ejército Mario Manríquez Bravo.
Un contexto complejo
Dentro de su discurso de agradecimiento, el juez chillanejo reconoció la labor de su antecesor, el ministro Silva, destacando lo realizado en tiempos de pandemia.
“Quiero reconocer la tremenda labor que ha desarrollado el presidente, don Guillermo Silva, quien ha debido enfrentar un difícil y complejo periodo ocasionado por la pandemia y que sin duda ha sabido conducir al Poder Judicial con mucha decisión y sabiduría para mantener su funcionamiento aún en condiciones adversas”.
Sin embargo, el presidente saliente reconoció que lo que le espera al juez Fuentes puede ser aún más intrincado, incluyendo las modificaciones que pueda realizarse en la nueva Constitución respecto al Poder Judicial.
“Todos sabemos que le espera un periodo muy difícil, más difícil de lo que me tocó a mí, pero todos confiamos en que lo va a hacer muy bien, como lo ha hecho en todos los cargos que ha desarrollado en el Poder Judicial”.
Y en efecto, el ministro chillanejo reconoció que “estamos enfrentados al gran desafío de responder a necesidades de solución de los conflictos de las personas y administrar justicia, en todo caso, el Poder Judicial tiene un plan de trabajo en marcha, de reforzamiento para enfrentar esta situación”.
Finalmente, destacó la inquebrantable condición de mantenerse como un poder independiente y autónomo.
“Por último, quiero experesar que el Poder Judicial es un poder esencial para el funcionamiento del Estado de Derecho y para el sistema democrático, reconociendo siempre su independencia y autonomía como principios fundamentales”, comentó.
