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Un reciente estudio elaborado por la consultora Tinsa detalló la oferta de casas nuevas, de tres dormitorios y dos baños, con los patios más grandes a lo largo del país. En el listado destaca Chillán, con viviendas que tienen una superficie de terreno promedio de 211 m² y una superficie construida que promedia los 77 m².
El valor promedio es de 2.769 UF (104 millones de pesos), y de acuerdo a la consultora, en la capital regional de Ñuble existen 424 casas disponibles para la venta, siendo la ciudad con mayor stock.
El estudio de Tinsa da cuenta que la mayoría de los nuevos proyectos inmobiliarios están emplazados en zonas alejadas del centro de las ciudades. En el caso de Chillán, este tipo de viviendas con patios grandes se encuentran en sectores como Camino a Las Mariposas o Parque Lantaño. “Las zonas periféricas de Santiago o de regiones están teniendo muy buena accesibilidad a distintos tipos de bienes y servicios, entre ellos, salud, transporte y educación”, señaló Felipe García, director de Tinsa para el Cono Sur.
La corredora Sandra Díaz Varas, de Díaz & Varela Propiedades, destacó que para quienes están buscando adquirir una casa nueva es importante que ésta tenga un patio grande que les permita ampliar la vivienda a futuro o convertirlo en un espacio para el encuentro familiar.
“Con un buen patio la ventaja es que se puede ampliar, pueden tener un jardín cómodo para el verano. En Chillán, es tan complejo el clima porque es tan extremo, entonces, es súper importante el patio, porque la familia chillaneja hace su vida en el patio en el verano, y en el invierno igual es importante porque tienen donde guardar el vehículo. Cuando encuentran una casa que tiene un patio muy reducido, no les llama la atención, entonces, es súper importante el tema del patio para el chillanejo”, dijo.
Las personas que generalmente pueden comprar una vivienda nueva con estas características, tres dormitorios, dos baños y patio grande “son los jóvenes profesionales que tienen acceso a un crédito hipotecario, de cerca de $110 millones hasta los $150 o $200 millones de pesos”, precisó la corredora.
Espacio clave
Vivir en viviendas con vistas a la vegetación en lugar de vistas a muros de otros edificios, y con espacio para uso al aire libre tiene múltiples beneficios respaldados por estudios en campos como la psicología ambiental, la salud pública y la arquitectura. Así lo explicó Celso Monsalve Faúndez, arquitecto y magíster en Sustentabilidad.
“En el ideario común de una vivienda de clase media para familia con hijos está tener una casa con patio. En el caso de Chillán, además, tenemos otro fuerte ideal, la casa en el campo o parcela. Esto, creo puede ser un factor a considerar por inmobiliarias orientadas a segmentos medios y altos para viviendas en suburbios y hacer que el patio sea un atractivo especial o gancho para facilitar su venta. Además, en la región aún se ve con ciertos grados de seguridad tener una vivienda versus un lugar como un departamento, aunque esta percepción va a la baja”, indicó.
El arquitecto indicó que para los sectores medios y altos el patio es considerado un área clave al momento de elegir una vivienda, ya que pueden costear su “urbanización” con paisajismo, piscinas y áreas de convivencia. “Claramente, para un segmento más bajo se puede ver solo con el objetivo de ampliar la vivienda o disponer de otros usos. Sin embargo, no se pueden permitir los mayores costos que significa tener una ocupación de suelo baja, lo que no es optimizable para proyectos sociales, por ejemplo”.
Monsalve recordó que la superficie de terreno que se destina para el patio de una casa está normada en el Plan Regulador y depende de la ubicación de la vivienda dentro de las zonas urbanas de la ciudad. “En los suburbios de Chillán, por lo general, está asignada una ocupación de suelo en torno al 50%, es decir, no ocupar menos del doble del primer piso de una casa para patio o antejardín. Esto se hace justamente con la lógica de otorgar mínimos de comodidad y convivencia entre vecinos, así como de seguridad”, precisó.
Privilegio
Para la Dra. Katia Valenzuela, directora del Departamento de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales de la UdeC, la decisión y la posibilidad de adquirir una casa, y más aún con un patio, se convirtió en un privilegio y en un bien muy preciado. Además, resaltó que los nuevos conjuntos habitacionales cada vez ofrecen patios más pequeños.
“Históricamente, hemos visto una tendencia a la reducción de espacios, a la construcción en altura en las grandes ciudades. Hay cada vez menos oferta de casas con patio y cada vez más oferta de construcción en altura, de edificios, departamentos que tienen un metraje muy, muy reducido”, dijo.
Habitar una vivienda con un patio amplio tiene múltiples efectos positivos en la calidad de vida de las personas, permite conectarse con la naturaleza, disfrutar del aire libre y de relacionarse con la familia y amigos. “Son espacios en donde puedes permitirte tener en buenas condiciones a una mascota, en donde juegan las niñas y los niños. Son espacios que permiten la sociabilidad en los núcleos familiares, poder invitar al resto de la familia o a la comunidad o a los amigos. Permiten la interacción social y dan un mayor sentido de amplitud a las personas que habitan la vivienda”, subrayó la académica.
Afirmó que una de las razones de que estos conjuntos residenciales con patio se tienden a ubicar en las periferias de las ciudades es por la necesidad de las familias de buscar lugares más tranquilos para establecerse.
“Los centros urbanos están caracterizados por el ruido, por una dinámica mucho más, podríamos decir, esquizofrénica de la ciudad, de mucho movimiento, de mucha circulación también de personas, comercio y cada vez más marcado por la agenda nacional con una percepción de inseguridad creciente respecto de los centros urbanos. Entonces, eso también puede estar motivando esta tendencia a movilizarse a las áreas periféricas, aunque hay que señalar, y esto es re importante, que estos suburbios estén dotados de todos los servicios necesarios para que operen de manera plena, salvo las comunas más ricas de Chile en Santiago, en donde eso sí ocurre. En el caso de Ñuble o Biobío es una realidad que no se cumple, entonces se construyen suburbios, sectores residenciales en las afueras de la ciudad y no necesariamente se toman en consideración servicios como educación, salud, infraestructura, equipamiento, buenas condiciones del transporte, etcétera”, señaló.
A juicio de la directora del Departamento de Sociología de la UdeC, el acceso a casas de buena calidad constructiva y con patios amplios es un privilegio de un sector minoritario de la sociedad chilena. Son personas que tienen un salario de más de un millón y medio de pesos líquido y que pueden obtener créditos hipotecarios y beneficios del Estado como el Fogaes.
“Hoy día está restringido a personas de un segmento socioeconómico que es considerablemente menor a la mayoría de la sociedad chilena. La vivienda en Chile está segregada socialmente, hay sectores más precarizados que igual tienen la opción de acceder a casas, pero con una calidad constructiva menor, con espacios más pequeños, y generalmente en sectores que están desprovistos de servicios y equipamiento”, agregó.
Factores determinantes
Desde la mirada del sociólogo Mauricio Alfaro Jofré, existen cuatro factores relevantes que las personas consideran a la hora de comprar una vivienda: espacio para actividades al aire libre; privacidad y tranquilidad; valor estético y espacio para mascotas; y la posibilidad de tener jardines, piscina, áreas de juegos y otros elementos que enriquecen la experiencia diaria de las personas, contribuyendo a su calidad de vida.
En cuanto a las ventajas de vivir en una casa con un patio grande, señaló que, sin duda, una de las más relevantes está relacionada con la salud mental, “ya que un espacio abierto, con espacios naturales, jardines y otros espacios recreativos, tiene un impacto importante en la creatividad y la proyección de espacios para la realización de actividades sociales, sin duda, es uno de los beneficios más importantes”.
Explicó que la accesibilidad a este tipo de viviendas está a menudo relacionada a factores económicos, sociales y espaciales que varían considerablemente entre diferentes grupos de población. “El fenómeno de la búsqueda de espacios alejados de los centros urbanos, está estrechamente relacionado con el nivel socioeconómico y la capacidad de endeudamiento. El factor seguridad, es otro elemento relevante a la hora de tomar la decisión”, dijo.
“Uno de estos aspectos es la gentrificación: En particular, la demanda de viviendas con espacios al aire libre puede contribuir a la gentrificación de ciertos barrios, elevando los precios de la propiedad y, en consecuencia, desplazando a residentes de menores ingresos. Esto puede llevar a la homogenización socioeconómica de ciertas áreas y a la exclusión de comunidades vulnerables o excluidas territorialmente hablando”, añadió el sociólogo.