Al alza han estado los termómetros locales en la presente semana en la Región de Ñuble, en circunstancias que aún no comienza el verano y las temperaturas extremas ya se han hecho sentir en el territorio, dando señales que probablemente los próximos meses estarán marcados por registros sobre lo esperado.
Según información entregada por la Dirección Meteorológica de Chile (DMC), Chillán durante estos días vivió su tercera ola de calor en el mes de noviembre de 2022.
[bg_collapse view=”button-orange” color=”#4a4949″ expand_text=”Leer más” collapse_text=”Menos” inline_css=”width: 100%” ]“Según el Monitoreo de Olas de Calor (OC) de la DMC, durante los días 21,22 y 23 de noviembre se registró un evento de OC, con una duración de tres días en la estación B. O’Higgins de Chillán. La temperatura máxima alcanzada durante esta OC fue del día 22 de noviembre con 31.3°C”, detalló la meteoróloga de la Oficina Servicios Climáticos, Alicia Moya.
No es primera vez que durante noviembre se experimenta este fenómeno en la capital regional, ya que, en otros periodos, a igual fecha, también se percibieron, aunque en menor cantidad.
“Esta es la tercera OC que se registra durante noviembre 2022 en la estación de Chillán, mientras que, durante los años: 2019, 2016, 2008, 1990 y 1989 en noviembre solamente se registraron dos OC”, puntualizó la experta.
Además, el año 2020 destaca por el mayor número de OC registrados en la estación de Chillán, con 12 eventos de OC, seguido por 2016 con nueve eventos anuales y 2015 con ocho.
De cara al verano, el pronóstico más actualizado que tiene el organismo es para el trimestre noviembre-diciembre-enero (NDE 2022-2023), donde se espera que para la zona centro y sur del país, las temperaturas máximas estén sobre lo normal y las mínimas bajo lo normal.
“Esto significa una mayor amplitud térmica por lo menos hasta enero, lo que implica que para el trimestre en Chillán se esperan temperaturas máximas sobre 27 °C en promedio y en cuanto a las mínimas en promedio se esperarían temperaturas inferiores a 9 °C”, adelantó la especialista.
En este contexto, al comparar Chillán con algunas ciudades de la zona centro-sur, sin considerar Valparaíso y Concepción, a partir del 2022 a la fecha, la ciudad ha concentrado nueve ola de calor, le sigue Curicó (7), Santiago (5) y Temuco (3). En 2021, Santiago encabezó el ranking con 8 OC, Chillán (7), Temuco (7) y Curicó (5).
En aumento
En la voz de los expertos una ola de calor es un evento sostenido de temperatura extremadamente alta para una región determinada. La ola de calor se mide con relación a la temperatura promedio considerada para el área.
El investigador y académico del Centro de Investigación Transferencia en Riego y Agroclimatología (CITRA) de la Universidad de Talca, Patricio González Colville, estableció las diferencias entre ola de calor y altas temperaturas.
“Una ola de calor se define cuando la temperatura máxima del día que supera los 33 grados por más de tres días consecutivos, pueden ser tres, cuatro, cinco, seis. Hemos llegado a tener hasta 11 días que la temperatura ha superado los 33. Eso difiere de lo que se denomina evento cálido, es cuando la temperatura supera los 33 grados, pero durante un día o dos”, definió.
A la luz de los registros históricos, el experto indicó que las temperaturas extremas han experimentado un aumento progresivo en el tiempo especialmente en la zona central, con especial énfasis en 2017 y 2019.
“Las olas de calor en la zona central, específicamente en Chillán, las temperaturas extremas de verano, tomando en consideración diciembre, enero, febrero y marzo, en los últimos 60 años, han ido aumentando a partir del año 2010 en adelante. Es decir, están superando los 35 grados, cuando en el siglo XX las temperaturas estaban más o menos en torno a los 34 grados. Ahora en el 2010 en adelante, se nota un ascenso de la temperatura sobre los 35, incluso 36 grados, en el área de Chillán y también en el área de Talca. Lo que llamamos un “corredor cálido”, que abarca Talca, Cauquenes, Parral, Chillán y Los Ángeles. Específicamente en Los Ángeles, Chillán y Cauquenes, el año 2017 y 2019, marcaron temperaturas, en verano, durante olas de calor, en torno a los 40 y 41 grados”, analizó.
El calor y sus impactos
Las temperaturas extremas encienden alarmas en el mundo del agro, ya que sus efectos pueden causar daños que atentan con la calidad y cantidad de la producción al sobrepasar los umbrales de grados biológicamente tolerables para cultivos como maíz, cereales, trigo, arroz y viñas, que deben mantenerse entre 27 y 30 grados para un desarrollo óptimo.
“La temperatura en Chile se mide en cobertizo, a un 1.50 metro del suelo a la sombra. El cultivo está al sol durante toda la tarde y obviamente cuando marca el cobertizo 35, 36 o 37 grados al sol, donde está el cultivo, fácilmente hay 45 y 46 grados, entonces, el cultivo para regular como ser vivo su temperatura interna y bajarla en 10 grados o 15 tiene que transpirar y tomar agua del suelo, traspasarla por el tallo, hojas y a través de los estomas, que son sus poros, eliminarla en forma de gas y con eso se refrigera. Pero cuando entre las 12 y 20 horas sobrepasa los 35, 36 y los 38 grados, el cultivo se cierra para no perder agua y va en detrimento de la producción de materia seca. Cuando el cultivo transpira va creando materia seca y finalmente se transforma en producto, pero si deja de hacerlo, de producir materia seca, el cultivo pierde calidad de su producto o simplemente, por estrés hídrico, muere”, explicó el académico de U. de Talca.
En el caso de los frutales, por ejemplo, las manzanas las afecta el “golpe de calor”, porque les deja manchas en su composición, que terminan sacándolas de circulación de los mercados.
“Cuando hay temperaturas sobre los 36 grados, se genera una mancha en la cáscara del cultivo, es una quemadura, incluso puede tomar un color café o azul oscuro. Esa mancha, que puede ser hasta el tercio del fruto, la deja fuera del mercado inmediatamente. Eso ha aumentado. De acuerdo a un estudio, las pérdidas van entre un 15% y 25% en cada cosecha anualmente por golpe de sol”, indicó.
Según el académico del Departamento de Geofísica de la Universidad de Concepción, Martín Jacques, las olas de calor como factor, junto a otros, pueden gatillar la ocurrencia de incendios forestales. Asimismo, las altas temperaturas en primavera causan el derretimiento de la nieve, generando con ello un aumento de los caudales.
“La mayoría de los incendios forestales son originados por acción humana, por descuidos, eso es una cosa, pero no basta que haya una chispa para que la propagación del incendio sea eficiente, sino también el tipo de condiciones ambientales que comienza el incendio. Las condiciones asociadas a olas de calor, cuando hay alta temperatura, baja humedad y patrones de vientos particulares es una combinación que favorece la propagación de incendios”, precisó
Agregó que “las precipitaciones de invierno se acumulan en la cordillera, en forma de nieve, y la ocurrencia de olas de calor puede desencadenar el derretimiento de nieve, sobre todo en primavera y eso puede aumentar los caudales”.
Causas de OC
Una de las causas que está detrás del aumento de las olas de calor en los últimos periodos, es el cambio climático, el cual ha generado un incremento en la temperatura del planeta a raíz de las actividades económicas.
En palabras del docente, Patricio González, las olas de calor han ido aumentado entre 25% y 30% a partir del siglo XXI en adelante.
“Se piensa que en 2030 las temperaturas promedio de la tierra va a estar 1, 2 o 1,3 y ese calor extremo producto de la quema de carbón, petróleo y metano, ha ido generando que esta atmósfera no pueda eliminar el calor en exceso y se ha ido calentando progresivamente. Ese efecto, que es netamente humano, producto de la actividad económica del hombre, es lo que ha ido generando la mayor cantidad de olas de calor en la zona central. Es decir, que tengamos temperaturas como el año 2017 y 2019 en Chillán, que haya marcado 40 y 41 grados en un día. Talca tuvo 37,5 grados el 1 de noviembre, que ha sido la más alta en primavera en los últimos 100 años”, dijo el investigador de U. de Talca.
El académico reflexionó que “para adaptarse a esta nueva realidad y tener mínimo de pérdida y daño, necesitamos recursos y en la COP 27 al final se llegó a consensuar una mesa para que los países subdesarrollados le pidamos a los desarrollados que nos presten plata, a través del Banco Interamericano de Desarrollo, a través de préstamos o donaciones, recursos para que nos podamos adaptar, porque los recursos que tenemos no nos alcanza y si no los tenemos las pérdidas van hacer cuantiosas”.
Incendios
En la actualidad la Región de Ñuble se encuentra bajo Alerta Temprana Preventiva producto del aumento en la probabilidad de ocurrencia y propagación de siniestros forestales.
“Debido a la disminución del índice de humedad del combustible vegetal fino muerto en sectores de valle y precordillera, además de la disminución de la humedad relativa y por otra parte, debido a la condición de vientos pronosticada por la Dirección Meteorológica de Chile, aumentado el riesgo de incendios forestales”, indicó director regional (I) de Conaf Ñuble, Manuel Garrido.
Desde su mirada la proyección de la temporada de incendios en la región es compleja, ya que cada año las condiciones son más favorables para la propagación de estos.
“Esta temporada no es la excepción, debido a las condiciones meteorológicas cada vez más extremas, aumentando la probabilidad de ignición y propagación de incendios forestales, los cuales son más agresivos y resistentes al control. A la fecha nos acercamos al centenar de incendios forestales, con afectación de más de 400 hectáreas en nuestra región, donde la principal causa ha sido la negligencia de las personas”, detalló.
En palabras del director de Conaf, la tendencia indica un aumento en la ocurrencia y afectación, esta situación se explica principalmente “con el cambio climático, con déficit de precipitaciones, con aumento de temperaturas, con vegetación muy estresada, lo cual genera un escenario propicio para la generación y propagación de incendios forestales”.
Es por ello que Conaf mantiene una línea de trabajo enfocada en la prevención de incendios forestales, sumando actores públicos y privados, destacando el rol activo que tienen las instituciones del Estado, además de los municipios y las propias comunidades. Nos referimos a trabajos de educación ambiental, capacitaciones a la comunidad, autocuidado, construcción de cortafuegos, entre otras.
El temido cáncer a la piel
Desde el punto de vista de salud, la exposición a la radiación solar genera lesiones que son acumulables en el tiempo, este daño provoca que las células se replican de forma alterada, aumentando considerablemente la probabilidad de desarrollar cáncer de piel.
Si bien la radiación ultravioleta existe durante todo el año, en estas fechas aumenta debido a que el sol está más cerca de nuestro planeta, además en Chile y en particular desde la Antártida hasta la zona central, la capa de ozono presenta un daño considerable lo que facilita el paso de los rayos UV.
En Ñuble durante el 2022 se han presentado al comité oncológico 205 personas con sospecha de cáncer de piel.
“Hemos visto una tendencia que va en aumento a lo largo de los años. Vemos por ejemplo, que durante 2021 se diagnosticaron 194 y en lo que va de 2022, ya llevamos 205 lo que nos habla de que nos muestra un crecimiento en un año de al menos un 5,7%, teniendo en cuenta que aún no finaliza este año”, dijo Elizabeth Abarca Triviño, Directora (s) del SSÑ.
Según la dermatóloga del Hospital Herminda Martín, Patricia Muñoz Concha, esta enfermedad es cada vez más frecuente y es el tercer cáncer que afecta más a la población del país, siendo los más comunes “el carcinoma basocelular, que tiene la característica de no ser invasor, ocurre a nivel localizado de la piel. El carcinoma espinocelular, que puede metastizar a los ganglios, aún así no es tan agresivo, y finalmente el melanoma maligno, que causa bastante mortalidad”.
Los más expuestos son principalmente personas de piel y ojos claros, con predisposición genérica al cáncer y en personas que efectúan trabajos al aire libre con exposición prolongada al sol, presentándose con mayor frecuencia en los rubros de agricultura y construcción, principales actividades en la matriz productiva de la región de Ñuble.
“Vemos en la consulta del hospital muchos pacientes, porque nuestra zona es de predominio agrícola, que desarrollan estos cánceres por la exposición crónica al sol”, dijo.
En relación al perfil de los pacientes que tienen este tipo de cáncer y que consultan en el hospital chillanejo, la doctora expuso que “el cáncer de piel basocelular y espinocelular lo estamos viendo con similar incidencia en mujeres y en hombres, quizás en hombres lo vemos un poco más extenso, más grande y generalmente se ve en personas mayores, pacientes que han estado mucho tiempo al aire libre en trabajos expuestos al sol y en personas con piel más clara, pero también en aquellas con pieles más oscuras. En relación al melanoma, se está viendo harto porque las personas mayores están viviendo más, pero también se está viendo en jóvenes”.
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