Este lunes, la comunidad se reunió en la Catedral de Chillán para despedir al cantante Carlos Ávila Carrasco, una de las figuras más emblemáticas de la música local, quien falleció el domingo a los 74 años. Dedicó más de cinco décadas a la música, marcando generaciones con su voz y una inagotable vocación artística. A pesar de haber sido diagnosticado con cáncer renal, jamás se alejó de los escenarios ni de su compromiso con la cultura.
Por lo mismo, su partida generó pesar en distintos ámbitos del quehacer cultural. Instituciones como la Corporación Municipal de Cultura, la Municipalidad de Chillán y el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio expresaron públicamente su pesar, destacando su legado como creador, intérprete y gestor cultural.
El exdirector de Cultura de la Municipalidad, Carlos Bastías, amigo cercano del músico, compartió a través de distintos medios una biografía que da cuenta de su vida y obra. Nacido en Yungay el 23 de julio de 1951, Ávila fue el mayor de seis hermanos y comenzó su carrera artística muy joven. En 1968 ganó el Primer Festival Intercolegios, donde recibió el Premio Revista Ritmo al Mejor Intérprete. A partir de entonces, su historia con la música no se detuvo.
Ese mismo año integró el grupo The Shark, que posteriormente evolucionó hacia La Unión, y luego dio paso a la formación de Sudor Frío, una banda que dejaría una huella profunda en la historia del rock y la balada local. Con Sudor Frío, Ávila se mantuvo activo hasta 1974, consolidando un estilo que sería reconocido y recordado por décadas. En 1975 grabó su primer disco bajo el sello Sol de América, con los temas “Sonríeme no lo olvides” y “Si no vuelves”. Participó en numerosos espectáculos a nivel regional y nacional, entre ellos Jóvenes de ayer, clásicos de siempre, compartiendo escenario con artistas de renombre como Germain de la Fuente y sus Ángeles Negros.
Carlos Ávila fue también una figura clave del festival Canta Chillán, en el que interpretó temas como “Canto para mi ciudad”, “Volverás”, “Llámame” y “Es el amor”. Estas canciones, grabadas por la Municipalidad, forman parte del cancionero popular de la ciudad y aún suenan en las radios locales, evocando épocas llenas de música y encuentro. Durante los últimos años, Ávila se presentó en espacios como el Teatro Municipal de Chillán y el local patrimonial Onde el Pala.
