Las Condes y Providencia son los ejemplos a los que Chillán pretende imitar para el desarrollo de las nuevas bases de concesión de retiro, disposición final y reciclaje de los residuos que se producen en la capital regional.
Los plazos que maneja la Municipalidad para renovar el contrato de limpieza de la ciudad culmina a fines de este año y a más tardar en el mes de abril la entidad edilicia pretende zanjar el tema, pero para ello deberá lanzar el proceso de licitación entre abril y mayo próximos.
El nuevo proceso resultará más complejo para el gobierno comunal pues en esta ocasión el sistema, que en el pasado se licitaba globalmente, sería separado en lo que es el retiro de desechos y su traslado al relleno de Ecobío y por otra parte el reciclaje de la basura que se produce en la ciudad.
El tema fue analizado por primera vez en una reunión realizada en el salón de concejo donde autoridades locales y personal que estará encargado de generar las bases y estudiar posteriormente las ofertas que lleguen, discutieron detalles del plan municipal que difiere de anteriores licitaciones.
En la reunión se presentaron igualmente trabajadores de la empresa Dimensión, la que actualmente realiza el servicio, para presentar sus propias demandas a la empresa y a la municipalidad.
Lo relevante es que a pesar de que aún no existen documentos definitivos que regirán el proceso y el posterior contrato de retiro de desechos y de reciclaje, hay consenso en que la ciudad debe dar un paso adelante en una materia que preocupa a la comunidad, pues se relaciona con la higiene y salud ambiental.
Lo que se espera es tener el mayor estándar en retiro de desechos, pero sobre todo se busca que la ciudad sea un referente en cuanto al tratamiento de los residuos que se generan en la urbe y que cada vez son mayores dado el crecimiento poblacional.
Es por ello que uno de los modelos que se pueden implementar es el de Providencia, donde concejales miran con buenos ojos la experiencia de esa comuna, donde se está generando un plan que consiste en que los propios vecinos reciclan sus residuos (vidrios, envases plásticos, latas de aluminio, papel, cartón y tetrapack), los que son depositados en contenedores y posteriormente retirados por camiones municipales.
La concejala Nadia Kaik planteó que un sistema similar podría ser realizado en Chillán, pero que para hacerlo realidad “sería necesario avanzar mucho en educación de la población”.
Recordó que en la actualidad muchos de los microbasurales de la urbe son generados por la comunidad que arroja toda suerte de residuos en sitios eriazos e incluso canales.
El concejal Patricio Huepe Garcia destacó que el reciclaje es un tema que necesita un tratamiento prioritario en la ciudad, donde muchos elementos eliminados pueden ser recuperados para darles nuevo uso y en el caso de la materia orgánica transformarla en compost.
Pero para poder desarrollar las bases del sistema de reciclaje y que ellas sean consistentes, es necesario disponer de información actualizada sobre los residuos generados.
Plan Maestro
Pero el informe más exhaustivo al respecto fue desarrollado en 2012 cuando la Municipalidad de Chillán lanzó el Plan Maestro de Residuos.
Posterior a ello existen documentos oficiales emanados desde la Dirección de Aseo y Ornato donde constan los desechos generados y pesos por material. Pero claramente existe una deuda al respecto que podría ser solucionada con un nuevo Plan Maestro de Residuos.
Pero dado que las licitaciones están en marcha no habrá tiempo de producir un nuevo Plan Maestro.
Huepe destacó que la ciudad debe considerar en la generación de sus bases, el ejemplo de la comuna de Las Condes que a su juicio posee un nivel elevado en el manejo de desechos y su modelo puede ser consultado fácilmente con las autoridades de la ciudad del Gran Santiago e incluir elementos destacados y que se pueden replicar.
El concejal Joseph Careaga planteó que “esta nueva licitación fue dividida en dos. Por una parte el retiro de la basura y por otro el del reciclaje. Además, sabemos que con el incremento de las viviendas de la ciudad será necesario aumentar la cantidad de camiones recolectores”.
El edil UDI remarcó que “Chillán debe estar a la vanguardia del reciclaje en el país pues además tiene en la actualidad una certificación ambiental que no puede perder”.
El concejal Camilo Benavente, en tanto, postuló que un tema que debe quedar plasmado en las bases de licitación corresponde al de los sueldos que deberán ser cancelados a los trabajadores de la empresa y que no deben bajar de los $400 mil al mes.
Generación de desechos
Uno de los temas que forma parte del estudio municipal se refiere a la enorme cantidad de desechos que genera la ciudad.
En la actualidad, Chillán supera el promedio nacional de generación de basura per cápita según antecedentes oficiales que destacan un incremento preocupante desde el año 2011 a la fecha, a lo que se agregan carencias en el tema del reciclaje, compostaje y selección de residuos, que si fueran bien tratados podrían bajar la cantidad de desechos que van al relleno sanitario de Chillán Viejo.
Según antecedentes oficiales contenidos en el Plan Maestro de Residuos Domiciliarios (PMRS) de Chillán, en la ciudad aproximadamente un 64,2% de los residuos posee potencial para compostaje, un 23% para ser reciclado y un 12,8% ha sido considerado no aprovechable.
Además, se pone de manifiesto que de acuerdo al Plan Maestro de Residuos Sólidos, el manejo de ellos en los sitios finales de disposición, “constituye un problema ambiental importante por el potencial riesgo de contaminación de suelos y aguas subterráneas, especialmente en los sectores rurales en los cuales se disponen”.
Adicionalmente, de acuerdo al Centro de Estudios de la Realidad Regional, CERR Biobío, la generación de basura en Chillán creció en un 34% entre los años 2010 y 2017, pasando de 53 mil a 70 mil toneladas anuales.
En cuanto a cifras proporcionadas por la Municipalidad a través de Transparencia, el año 2011 se registraban unas 61.362 toneladas de basuras, cantidad que bajó a 60.313 el 2012, pero desde entonces no ha hecho más que crecer hasta totalizar 72.307 el año pasado.
La curva de crecimiento, siguiendo el registro municipal, pasó en pocos años desde 0,95 kilogramos de residuos por habitante a más de 1,1, superando a Bíobío y a la tasa nacional.