Chile se cae a pedazos

Señor Director:
En estos días muchos se escandalizan porque alguien afirmó que “Chile se cae a pedazos”. Sin embargo, nuestra propia historia muestra que este diagnóstico no es nuevo ni exagerado, y que ya fue planteado con fuerza mucho antes.
En 1900, Enrique Mac Iver advirtió: “El país se cae a pedazos; se descompone moralmente.” Lo dijo en plena crisis política, señalando un deterioro ético e institucional que él veía con claridad. Más de un siglo después, basta observar la delincuencia desbordada, la corrupción estatal, los municipios quebrados y la pérdida de confianza en las instituciones para entender por qué sus palabras vuelven a cobrar sentido.
En 1925, en pleno Centenario, Vicente Huidobro publicó su “Balance Patriótico”, un texto que hoy su diagnóstico parece escrito para nuestro presente. Allí no tuvo contemplaciones: describió a Chile como “un país viejo y carcomido, lleno de tumores y supuraciones”, denunciando la envidia, la mediocridad y la falta de grandeza como obstáculos permanentes para construir un país digno de ese nombre.
También advertía que en Chile “se entierra lo vivo y se desentierra lo muerto”, y que el éxito suele ser castigado con sospecha mientras la mediocridad es premiada. Su crítica no era económica ni partidista: era moral y cultural. Y, lamentablemente, sigue vigente.
Por eso sorprende que hoy algunos se ofendan porque alguien repite que “el país se cae a pedazos”. Lo verdaderamente escandaloso no es la frase: es que Mac Iver en 1900 y Huidobro en 1925 podrían decir exactamente lo mismo en 2025 sin cambiar una palabra.
Chile no se fortalece negando su realidad. Se fortalece escuchando con seriedad a quienes se atreven a describirla, para sacar a la élite y políticos corruptos.
Jorge Porter Taschkewitz