Chao casa propia
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Señor Director:
Los últimos años hemos notado cómo el sueño de la casa propia se esfuma entre los dedos de los chilenos. Este sentimiento se ve reflejado en las cifras de familias propietarias de una vivienda, las cuales en 2010 representaban el 65,5%, pero que para 2022 había disminuido un 8,5%, llegando al 57%. Entre los factores que explican dichos números, tenemos el aumento del costo en los materiales, el suelo y la mano de obra. Además, a lo anterior hay que añadir la implementación del IVA en 2016, por lo que podemos deducir que el valor de la vivienda ha incrementado, como mínimo, un 19%, lo que desencadena que el 94% de las viviendas tengan un precio por sobre las 2.000 UF.
En un país al que han llegado 1,5 millones de migrantes desde 2010, y en el que 113 mil familias viven en campamentos, el tema de la vivienda demuestra ser tan importante como urgente. Para quienes llevan años criticando la propiedad privada, a las empresas constructoras y celebrando la frase “no tendrás nada y serás feliz” de Ida Auken, esta noticia es más que emocionante. Sin embargo, para los chilenos, no representa más que una mirada al deplorable futuro que nos acecha.
Tomás Ojeda Aravena
Fundación para el Progreso