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CGE iniciará en octubre obras en Charrúa-Chillán y Monterrico-Cocharcas

CGE anunció que en octubre próximo comenzará la ejecución de las ampliaciones de las líneas Charrúa-Chillán y Monterrico Cocharcas, dos obras clave para reforzar la rezagada red de transmisión eléctrica en la región. Ambas fueron decretadas en 2018, sin embargo, hasta ahora no se han podido concretar, pues se licitaban y se declaraban desiertas.

En virtud de los mecanismos de reajustabilidad del valor de la inversión dispuestos en la nueva Ley de Transición Energética, en julio pasado, la Comisión Nacional de Energía aprobó los nuevos valores reajustados de inversión de ambos proyectos, lo que fue confirmado por el Ministerio de Energía en agosto, con su respectiva publicación en el Diario Oficial.

Con esto, CGE Transmisión -propietaria de las líneas- está en condiciones de comenzar los trabajos, expresó Christian Olave, director de Construcción Transmisión de CGE.

La ampliación de la línea Monterrico–Cocharcas, que se extiende 12 kilómetros entre Chillán y San Carlos, permitirá aumentar su potencia de 30 a 56 MVA. Valorizado inicialmente en US$ 2 millones, se reajustó a US$20,6 millones.

En tanto, en la línea Charrúa–Chillán, que se extiende 56 kilómetros entre Cabrero y Chillán, elevarán su capacidad desde 27 a 90 MVA. Valorizada originalmente en US$15,8 millones, fue ajustada a US$44,6 millones.

Olave precisó que los plazos de los trabajos, de acuerdo con los decretos, corresponden a 24 meses para Monterrico-Cocharcas y 36 meses para Charrúa-Chillán, sin perjuicio de poner en operaciones algunos tramos antes de dichos plazos.

El ejecutivo precisó, además, que se demandará una mano de obra de, al menos, 50 personas por proyecto.

“Siempre hemos entendido la urgencia que tienen los proyectos en Ñuble, pero la legislación no nos permitía abordarlos directamente, había muchas trabas. Parte de lo que esta nueva Ley de Transición liberó fue el poder ir concretando lo que habíamos prometido y que la ley no nos permitía, que era desarrollar nosotros los proyectos en el mejor tiempo posible”, aseveró.

Olave destacó que ya se publicaron los respectivos decretos, por lo que “ya estamos en tierra derecha para empezar lo que mejor hacemos, que es construir proyectos. Estamos contentos y motivados”. Asimismo, explicó que abordarlos directamente, como CGE, permite lograr ventajas logísticas y mayores eficiencias.

Acotó que un aspecto clave será el acceso a los predios donde se emplazan las torres y postes, para lo cual manifestó que será necesaria la colaboración de los propietarios y de las autoridades. “Un problema con un propietario que se extienda por cinco meses podría afectar el cumplimiento de los plazos”, sentenció.

Indicó que las ampliaciones se traducen en la instalación de nuevos conductores, más pesados que los actuales, por lo tanto, se estima que será necesario reemplazar cerca del 20% de los postes o torres de estas líneas.

También apuntó a la complejidad de los proyectos, dado que solo podrán operar algunas horas durante el día, en periodo de menor demanda. “La línea tiene que quedar operativa a determinada hora, la línea tiene dificultades de operación, por alguna razón nos están pidiendo ampliarla”, expresó, en alusión a que ambas líneas requieren con urgencia su ampliación. Por ello, junto al Coordinador Eléctrico Nacional, “buscamos los horarios en que es factible hacer transferencia de carga a otras instalaciones de transmisión, de forma de dejar desconectada la línea”.

Holgura de la red

En referencia al escenario crítico que enfrentaba la transmisión eléctrica en Ñuble hace dos años, Christian Olave enfatizó que “estábamos casi al límite de la capacidad, hasta que unos proyectos de transmisión agregaron nuevas instalaciones y en particular, en la línea Charrúa-Chillan se agregó la subestación Lucero, que partió la línea en la mitad, y que, de alguna forma, nos da dos o tres años de holgura respecto de la capacidad máxima en la línea, o sea, liberó un poco de carga”.

Asimismo, estimó que la ampliación de Charrúa-Chillán, una vez operativa, a fines de 2028, le dará una holgura de, al menos, diez años a la línea, e incluso hasta 20 años, considerando el crecimiento vegetativo de la demanda. “Eso va a depender de la cantidad de proyectos que se conecten”, aclaró.

Además, puntualizó que la no factibilidad para conectarse a la red que han enfrentado cientos de proyectos de inversión en la región no responde exclusivamente a las limitaciones de estas dos líneas. “Estos dos proyectos eran los emblemáticos, pero se hizo una ampliación en la subestación San Carlos, se han hecho tres ampliaciones en la SE Monterrico, la SE Montenegro, la SE Lucero, se amplió la SE Santa Elvira en Chillán y recientemente terminamos las obras en la SE Hualte. “Hemos tenido hartos trabajos de apoyo para crecer, no es producto de estas dos líneas simplemente que vamos a obtener más años de holgura”, subrayó.

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