Señor Director:
Soy médico graduado hace 52 años, especializada en geriatría. En el último tiempo he visto que para efectuar operaciones económicas se les exige a los mayores de 70 años presentar un certificado de estado mental.
Esta exigencia es arbitraria, abusiva, ofensiva y degradante. La edad no es sinónimo de disminución de capacidad mental y un certificado digital, fácilmente falsificado, puede ocultar el dolo en una transacción comercial.
Las estafas, robos, apropiaciones indebidas, aprovechamiento de vulnerabilidades, que vemos en grupos humanos y en familias, no tienen que ver con la edad, sino con falta de valores y principios morales. El Código Civil no establece incapacidades legales por edad y en relación a testamentos condiciona “hallarse en su entero juicio”, confirmado con testigos. Nada más.
Resoluciones judiciales de 2021 y 2022 prohiben a los notarios solicitarlos, pero lo siguen haciendo. Como profesional con atribuciones para extender estos documentos me resulta violento, porque si mi paciente no está enfermo se siente menoscabado/a por tener que recurrir a un médico para probarlo. Y, me ha ocurrido, que al confirmar una discapacidad no atribuible a la edad, sino a enfermedad, he sido presionada para modificar el documento; o lo desechan y buscan otro profesional.
Si este documento tuviera “buenos fines” habría que pedirlo a todos los mayores de 70 años, incluyendo parlamentarios, expresidentes, directores de empresas, rectores, académicos y un largo etcétera.
Dra. Helia Valencia
Médico geriatra Universidad de Chile