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Cereceros de Ñuble admiten incertidumbre climática adportas de la cosecha

Menos preocupados por la logística de exportación y por las condiciones del mercado chino que el año pasado, hoy los productores de cerezas de Ñuble están cruzando los dedos para que el fenómeno de El Niño no les juegue una mala pasada, por ejemplo, con heladas, granizos o lluvias, que podrían estropear la producción de la temporada.

La buena noticia es que el Año Nuevo Chino se celebrará el 10 de febrero, lo que también da al sector más tiempo para realizar los envíos con menor presión que en la temporada pasada, cuando esta celebración -que determina la mayor demanda y precios para las cerezas en China- cayó el 22 de enero.

El Comité de Cerezas de la Asociación de Exportadores de Fruta de Chile A. G. (Asoex), que representa más del 85% del volumen de las exportaciones chilenas de cerezas, dio a conocer esta semana su primera estimación para la temporada 2023-2024, cifrando en 95,4 millones de cajas (5 kilos c/u) los envíos totales para este ejercicio que comenzó hace sólo unas semanas.

“Si bien, la nueva estimación muestra un alza de 15% respecto a los envíos de la temporada pasada, hay que tener presente que, dada la realidad climática que se está enfrentando, se trata de un volumen que varía constantemente, por lo cual, los datos se irán acotando a medida que avance la temporada. De lo que sí hay mayor seguridad es que seguiremos enviando al mundo cerezas de muy buena calidad, calibre y sabor para asegurar que los consumidores puedan disfrutar de esta fruta chilena, especialmente en China nuestro principal destino”, observó Iván Marambio, presidente de Asoex.

En el mismo sentido, Claudia Soler, directora ejecutiva del Comité de Cerezas de Asoex, puntualizó que “nunca habíamos tenido una temporada tan difícil de estimar, pues los volúmenes van variando semana a semana, especialmente debido a temas agroclimáticos que hemos estado enfrentando como sector. Por lo mismo, esta primera estimación no incluye el efecto de las últimas lluvias, ni ajustes por cuajas tardías y abortos en desarrollo”.

Incertidumbre climática

La ingeniera agrónoma Elena Yáñez, productora de cerezas de Coihueco, quien también asesora a productores y preside el GTT de cerezas, reconoció que “el clima está muy cambiante, el cambio climático nos está afectando en ese sentido, ya que es menos predecible. Justamente el fin de semana tuvimos un sistema frontal que fue prácticamente temporal con lluvia y, por ejemplo, en nuestro campo, en el sector Las Tijeras, cayeron 90 milímetros entre sábado y domingo, con mucho viento, y eso genera problemas, pasamos susto”.

En ese sentido, aclaró que “no es problema cuando llueve en los momentos que tiene que llover, pero cuando llueve en estados fenológicos en que tenemos problemas con la fruta, ahí es complejo”. Precisó que, en general, “ya tenemos fruto cuajado y todavía no tenemos viraje de color, que eso es lo más complicado de que tengamos esta lluvia”.

Además, Yáñez comentó que en algunas zonas de precordillera se registraron heladas el martes, “y eso activa los sistemas de emergencia, para mitigar, porque tener heladas, a esta altura de crecimiento del fruto, ya desde la floración en adelante es bastante dañino”.

“Este año le tengo más susto al fenómeno de El Niño que a un problema comercial”, reconoció la productora.

Recordó que, “tuvimos dos años durísimos; los dos años de la pandemia, para la cereza de la zona centro sur de Chile, fueron muy malos, prácticamente se cayeron los mercados, tuvimos problemas logísticos, la fruta llegó en mala condición a China y los chinos, por el tema del Covid, tenían los mercados cerrados, muy mala comercialización, fueron dos años en que no tuvimos retornos y desde la temporada pasada la situación comercial con los chinos se comenzó a arreglar, el año pasado no tuvimos problemas de logística y yo diría que retomamos precios, no como antes de la pandemia, pero sí precios que nos permitieron pagar nuestras deudas y recuperar nuestros flujos de caja”.

Para esta temporada, sostuvo que “hay una gran demanda nuevamente por China, pero según diversos asesores, a nivel nacional viene una baja en la producción de cereza; Chile estimaba una producción de 100 millones de cajas y algunos asesores dicen que ya vamos en 70 millones de cajas, sin considerar las lluvias que tuvimos este fin de semana, entonces yo creo que efectivamente va a haber una menor oferta a la esperada, y es una noticia en desarrollo porque El Niño nos puede seguir sorprendiendo con otros eventos, y los climatólogos dicen que tenemos que estar preparados, porque noviembre puede traer más eventos y los más graves para las cerezas pueden ser lluvias y granizos”

Respecto a la menor producción, Elena Yáñez agregó otro elemento: “tuvimos menos cantidad de horas frío y en las cerezas, como es un carozo, las producciones son súper influidas por la cantidad de horas frío que acumulan entre el 1 de mayo y el 30 de julio de cada año, y este año tuvimos mucha lluvia, pero tuvimos menos horas frío y eso un detonante, eso claramente nos marca las producciones”.

Menor producción

El presidente de la Asociación de Agricultores de Ñuble y productor de cerezas, Carlos González, reconoció que “esta temporada yo la veo con una incertidumbre desde el punto de vista climático, con cambios de temperatura, principalmente lluvia, cosas inesperadas, con respecto a los años anteriores”.

“Yo creo que la producción va a ser menos de 90 millones de cajas; hay problemas serios en el norte, la zona de Curicó, Talca, la región de O’Higgins, hay variedades muy afectadas, como la Santina, lo que va a producir una baja en la producción. La semana pasada, con estas aguas, hubo un efecto climático de heladas muy importante en la zona de Angol, donde hay producción de frutas tardías. Y Ñuble se ha estado salvando, todavía no le ha pegado el efecto climático, porque cuando han caído las grandes lluvias han sido momentos en que no hemos tenido la fruta totalmente desarrollada. Pero creo que tenemos que estar muy atentos, pueden caer algunas heladas, pero fundamentalmente vamos a tener que estar muy preocupados con las próximas lluvias, sobre todo, con algunas variedades, como la Santina, la Sweet Heart, la Lapins, que son muy propensas a partirse, no así las variedades como la Regina, que es muy resistente a la partidura, a la lluvia”, resumió el dirigente.

En ese sentido, planteó que, “si logramos pasar alguna tempestad climática de aquí a la cosecha, yo creo que va a ser una buena temporada en cuanto a precios”.

Pero reiteró que la producción, en general, será menor. “Aparte de los efectos climáticos, tuvimos un invierno muy lluvioso, muy helado, que nos va a pasar la cuenta y, en consecuencia, los rendimientos van a ser menores a los esperados”.

González celebró, por otro lado, la fecha del Año Nuevo Chino, “lo que va a permitir que la fruta tardía, como la nuestra, va a llegar en un momento muy bueno y, por lo tanto, se esperan muchos mejores precios que la temporada pasada, y eso se demuestra en que las exportadoras, como nunca se había visto, han venido mucho a la zona de Ñuble en busca de fruta, porque para el norte está medio complicado, y hacia el Sur, Los Ángeles y Angol, también. Andan comprando frutas y asegurando precios bajos, y eso no lo había visto anteriormente”.

Cambio de mirada

En la región de Ñuble, los cerezos son el tercer frutal más importante en superficie plantada (2.973 hectáreas, según el Catastro Frutícola 2022), sin embargo, la cosecha se produce cuando la zona central ya lleva algunas semanas embarcando fruta, lo que pone en desventaja a los productores de la región en comparación con el Maule y las regiones hacia el norte, respecto a la llegada a los mercados de destino.

Elena Yáñez explicó que “básicamente, dependemos del mercado chino en función de cuándo es el Año Nuevo Chino cada año, a nosotros también la crisis nos golpeó fuerte porque justo en la pandemia nos tocó muy temprano, es decir, en enero, y para nuestra región eso es muy pronto para alcanzar a llegar con la fruta, porque nosotros cosechamos entre el 5 de diciembre y los primeros días de enero, y el viaje a China es un mes”.

“Nosotros queríamos competirle a las regiones desde Maule al norte, pero hoy día entendimos que no podemos colocar variedades tempranas, porque cuando esté saliendo una Santina o una Royal Dawn nuestra, en esas regiones ya está saliendo la Lapins y la Kordia, y a lo mejor va a salir la Regina, entonces, hoy día tenemos que producir calidad de cereza, en el momento, con variedades que corresponden a nuestra estación, yo creo que variedades intermedias, como Lapins, como Kordia o Regina, yo creo que a eso tiene que apuntar nuestro negocio”.

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