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El 2024 llegó con todo a Quillón. Así lo vivieron los cerca de 6.000 asistentes que participaron en la octava versión de la Trilla a Yegua Suelta de El Peley.
Más de una decena de colleras fueron las encargadas de arrear a las yeguas en la era, para dividir el trigo de la paja, en una práctica ancestral que se arrastra desde tiempos de la colonia.
“Estoy muy feliz de partir este 2024 manteniendo nuestras tradiciones campesinas, con la trilla del sector El Peley. Mucha gente nos ha acompañado y vemos cómo seguimos recuperándonos del difícil año 2023 que nos golpeó fuertemente, en una temporada que para Quillón es fundamental. Realmente nos pone muy contentos ver la gran cantidad de personas que llegaron a esta trilla y es algo que hemos venido viendo desde la celebración de nuestro aniversario comunal, en diciembre, y que es un gran augurio para esta temporada estival, que esperamos se desarrolle sin mayores contratiempos”, indicó el alcalde Miguel Peña.
El evento comenzó con una sencilla ceremonia, encabezada por el alcalde Miguel Peña, y en la que participaron la diputada Marta Bravo, parte del Concejo Municipal y dirigentes vecinales del sector, quienes tras la ceremonia repartieron a los presentes pajaritos y mistelas, como dicta la costumbre.
Entre cuecas, la bendición del trigo y el tradicional corte de cinta, se dio inicio a la actividad, que estuvo acompañada por la mejor gastronomía campesina, de la mano de los afamados bistec de trilla, hervido de porotos y entrada de trilla. Cerca de 1.000 platos salieron a la venta para deleitar hasta los más exigentes paladares, transformándose, nuevamente, en un éxito de ventas.
“Estuvimos desde las 6 de la mañana trabajando para recibir a los visitantes y preparar nuestros platos típicos de trilla. Además, para la tarde tuvimos completos, empanadas, pollos asados y sándwiches. Este es un trabajo que parte cuatro días antes y en el que trabajamos con 20 vecinos del sector, que nos apoyan en cocina y en la entrega de platos”, contó Teresa Ibarra, jefa de cocina de la fiesta.
La instancia incluyó también una muestra de artesanías y productos locales, juegos criollos e infantiles. Paralelamente, huasos provenientes de distintas comunas de Ñuble y Biobío, dieron vida a una competencia de movimiento de riendas y otros juegos ecuestres, concitando la atención de los visitantes. Sin embargo, fue la trilla la que atrajo todas las miradas, comandada por el mandarín y en la que también participó el alcalde Miguel Peña como uno de los horqueteros, encargados de acomodar el trigo para que las yeguas lo pisaran.
“Maravillosa esta experiencia y por sobre todo que la gente siga rescatando estas tradiciones. Venir a ver desde Santiago esta maravilla es un placer, sobre todo en estas vacaciones. Allá se perdieron estas tradiciones y hay que salir al sur para poder verlas”, señaló Alicia Gálvez, visitante santiaguina.
En tanto, Edith Silva dijo que visitó Quillón para vivir las costumbres con las que se crió, cuando vivía en Tomeco. Ahora reside en Rancagua, pero gran parte de su vida la vivió en pleno campo, donde aún permanece su padre. “Nos criamos acá de niñas y estamos muy orgullosas de nuestras raíces. Cuándo podemos siempre volvemos a disfrutar de estas tradiciones y los recuerdos que tenemos de niñas, ya que mi abuelo trillaba”.
Sin duda, se trató de una de las fiestas ícono que abrió las celebraciones costumbristas del año en Quillón y que se extendió hasta cerca de las 04 de la madrugada, con una gran fiesta ranchera, desarrollada en el recinto de trilladores.