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Señor Director:
El sábado comenzó el Censo 2024. A diferencia de sus versiones anteriores, este se aplicará durante tres meses a quienes residen habitualmente en una vivienda, lo que permitirá contar con información más precisa. Con todo, en las redes sociales han surgido cuestionamientos sobre el cuestionario y la protección de datos. Todos han sido desmentidos y aclarados por el INE y las autoridades correspondientes. Pese a ello, las críticas han encontrado eco en figuras políticas y parlamentarias, generando aún más desinformación. De continuar, esto podría aumentar la desconfianza, dificultando su aplicación y la validez de sus resultados.
En Déficit Cero -donde realizamos estudios y propuestas sobre vivienda y ciudad- esto nos preocupa: el Censo es una herramienta indispensable para la política pública. Por ejemplo, cuantifica los hogares con problemas de materialidad, saneamiento, hacinamiento y allegamiento en sus viviendas, lo que permite focalizar los programas habitacionales. Por otro lado, estima la distribución espacial de la población y vivienda, lo que es fundamental para estudios urbanos y territoriales.
Las ciudades han experimentado cambios significativos en los últimos años: se han expandido y densificado, aumentan los arrendatarios, crecen los campamentos, entre muchos otros. Para comprender estas transformaciones es vital que el Censo 2024 sea exitoso. Necesitamos que la sociedad civil y los liderazgos políticos y sociales no repliquen la desinformación e inviten a la ciudadanía a informarse sobre el proceso. En un contexto de crisis urbana y habitacional, lo necesitamos más que nunca.
Clemente Larraín y Trinidad Vidal