Celulares en el aula

Señor Director:
¿Por qué la tardía pero positiva nueva ley que prohibirá los celulares en el aula a partir del 2026? Les enumero algunos de sus usos en clases:
El celular siempre está sobre la mesa del alumno. Lo usan para jugar, navegar por internet, chatear, copiar en pruebas, sacar fotos de preguntas o pruebas completas; para enviarse memes, para hacer sonar el celular de compañeros, para encender el parlante de la sala e interrumpir las clases con música; para apagar el data o grabar videos para tik-tok; lo usan tomarse selfies, grabar o fotografiar a compañeros o profesores; hacen espionaje auditivo; lo utilizan como espejo para maquillarse y para producir sonidos “graciosos”. Es muy común que se lo escondan a algún compañero. Cuando piden permiso para “ir al baño”, lo hacen con el celular en la mano. Descaradamente, hablan por celular ¡con sus padres! Otros, solicitan permiso para salir, pues es “urgente”. Una clase se perdió casi completa porque atropellaron el perrito de una alumna. Todo el curso la consolaba, pues estaba muy afectada… (Se lo comunicó su madre por celular mientras ¡estaba en clases!). Los más adictos están toda la clase pegados al celular. Algunos lo utilizan como “una manera de autocontención frente a desregulaciones” (sic). En Educación Física los alumnos corren con una mano en el bolsillo (sí, para que no se les caiga el celular). Otros, absurda y derechamente, corren y saltan con él en la mano.
Y los audífonos pasan inadvertidos para los profesores por lo inalámbrico y el pelo largo. Recreos: niños tirados en los pasillos y patio; todos muy juntos, pero cada uno pendiente del celular.
Usan todos los enchufes de la sala ¡y del colegio! para cargar celulares; llevan hasta “zapatillas” (multienchufes). Y cuando el profesor solicita el celular los alumnos y alumnas reaccionan muy mal: irrespetuosa y violentamente, en algunos casos.
Pero no todos usan el celular en clases: algunos solo duermen, pues juegan con sus celulares hasta altas horas de la madrugada.
Raúl Gutiérrez Quintana