Señor Director:
Frente a la propuesta de algunos parlamentarios oficialistas, acogida por el gobierno, de un proyecto de cárcel especial para internos de pueblos originarios, es necesario preguntarse cómo es la situación carcelaria en Chile. Desde el punto de vista histórico, los penales siempre han sido focos de críticas por las condiciones en que se vive dentro de ellos, a la vez que la aplicación de las penas no ha dado los resultados esperados en muchos casos: rehabilitación y reinserción social.
Así, llama la atención la actitud de la ministra Ríos, quien hizo énfasis en que el objetivo central era cumplir con estándares necesarios “en materia de interculturalidad o en materia de seguridad”.
No obstante, la realidad carcelaria es lamentable y los estándares que merecen revisión son otros: de acuerdo con un informe del INDH de enero de 2022, los internos viven en condiciones paupérrimas. De modo que urge que las instituciones encargadas cuenten con los recursos y herramientas necesarias para mantener los estándares mínimos de higiene, alojamiento y alimentación, entre otros, para todos los internos por igual.
En este contexto, una cárcel para internos de pueblos originarios demuestra la poca conexión de la ministra Ríos con la realidad carcelaria del país: por un lado, porque las prioridades están puestas en objetivos equivocados; por otro, porque se asemeja a la fallida propuesta de la Convención Constitucional que planteaba sistemas de justicia diferenciados, lo que fue ampliamente rechazado por la ciudadanía.
Monserrat Risco Parada
Investigadora Faro UDD