Reemplazar a los gendarmes que cumplen con la vigilancia en los muros carcelarios es uno de los principales objetivos que propone un proyecto de modernización presentado a la Intendencia por el director regional de Gendarmería Ñuble, coronel Gonzalo Hermosilla, y la seremi de Justicia, Jacquelinne Guíñez, el pasado lunes.
El proyecto, que se aplicaría en la cárcel de Bulnes, y que requiere un presupuesto cercano a los 200 millones de pesos, busca instalar un moderno sistema de monitoreo de televigilancia que incluye cámaras de seguridad con capacidad giratoria de 220 grados y de registro en condiciones de escasa luminosidad, como en las noches y días de intensas lluvias, añadiendo además, sensores de movimiento, lo que alertaría que, por ejemplo, se lancen objetos desde el exterior.
De aprobarse la propuesta, Ñuble sería la tercera región, tras la Metropolitana (San Miguel y Colina) y Biobío (Mulchén), en aplicar este tipo de vigilancia tecnológica en el país, entendiendo que el propósito es iniciar un proceso de modernización en todos los penales, incluyendo el de Chillán.
“Sin dudas esto sería un gran logro para nuestra región, ya que tenemos que estar siempre intentando de mantenernos a la vanguardia en todo lo que respecta a medidas de seguridad, pero además, hay que entender que estos turnos que por años se ha realizado por parte de nuestro personal, constituye un trabajo muy duro para nuestros funcionarios”, dice el coronel Hermosilla.
El director hace alusión a los conocidos turnos “cuatro por cuatro”, que les significan a los funcionarios de las garitas en los muros estar arriba cuatro horas, descansar otras cuatro y volver nuevamente.
Lo anterior hace que muchos de ellos pasen semanas enteras sin poder irse a descansar a sus hogares.
Y desde el punto de vista de la efectividad, “obviamente una cámara con estas condiciones y estos sensores de movimiento, son mucho más efectiva que el ojo humano, por especializado que esté, por lo tanto las experiencias que se han visto en los otros penales en los que ya se han aplicado han sido más que positivas”, añadió el director.
Penales pequeños
La razón por la que se optó por postular el proyecto para el penal de Bulnes, es porque se espera que este año se concrete el traslado de la población penal femenina, actualmente concentrada en la cárcel de Chillán, al centro de cumplimiento de esa comuna.
La seremi de Justicia, Jacqueline Guíñez, advirtió que “al igual que en Mulchén, la idea es ir observando el desempeño de estos nuevos métodos en recintos pequeños, pero que además sean para la reclusión de personas de baja peligrosidad”.
En cuanto al monitoreo de las cámaras, la seremi precisó que “se hará al interior del penal, por lo tanto habrá más personas involucradas en la vigilancia, y ya no solo será responsabilidad de la guardia armada, sin embargo, también con la salida de estos funcionarios de los muros, habrá más personal disponible para la atención de los internos”.
Otras de las ventajas que tendría la instalación de estas cámaras es que gracias a su ángulo rotativo y alcance de captura de imágenes, podría además grabar y almacenar imágenes de lo que sucede en las inmediaciones del recinto, lo que contribuiría, por ejemplo, a detectar quién lanza paquetes desde el exterior, o cualquier tipo de delito que ocurra en las cercanías.
En caso de comprobarse la eficiencia de este sistema tecnologizado de vigilancia, la intención de Gendarmería es replicarlo en todas las unidades penales del país.