¿Qué le pasa a Ñublense? ¿Se le está acabando la bencina? ¿Por qué perdió dos partidos consecutivos? ¿Se le irá el título?
Estas son las interrogantes que surgieron espontáneas en el seno de la hinchada ñublensina tras la segunda derrota consecutiva del Rojo ante Deportes Temuco, con la que el líder del torneo sigue dilatando la obtención del título de la Primera B.
El técnico Jaime García, quien reconoció que su elenco hizo un mal primer tiempo ante los sureños y reaccionó con más amor propio que fútbol el segundo tiempo, reveló que la ansiedad y el cansancio están conspirando contra el objetivo de Ñublense.
“Nos está ganando la ansiedad de estos partidos, tenemos que volver a ser el equipo dinámico, aguerrido, pero no tenemos tiempo para la recuperación, nos están matando con la programación de dos partidos seguidos, con dos días de descanso. Nos están golpeando mucho y de esta forma es imposible volver a rendir a buen nivel. Es casi imposible recuperarse en dos días, si el jugador en 72 horas se está recuperando, pero ya está jugando. Estamos luchando con todo esto, pero quedan cuatro partidos y debemos ser inteligentes para cerrarlo”, analizó el entrenador del Rojo.
Cambio de propuesta
El estratega recalca que la reprogramación de los partidos pendientes por los casos de Covid-19 y la cuarentena preventiva, están atentando contra la respuesta física de sus jugadores, por lo cual analiza cambiar la forma de salir a buscar los partidos “porque nos está costando ser el equipo que iba, volvía y salía rápido”.
También tuvo autocrítica para asegurar que “yo soy el responsable” de este bajón, porque no le gusta buscar “excusas”.
“Hemos tenido una baja por todo lo que ha pasado en lo físico, pero también nos han hecho goles infantiles, hemos tomado malas decisiones y estamos jugando con ansiedad. No podemos dejar pasar estas cuatro finales”, sentenció García, quien espera que el miércoles ante Barnechea en La Pintana, a las 21.30 horas, su equipo saque las garras, recupere la memoria y gane un duelo clave rumbo a la obtención del título, pues de los cuatro partidos restantes, necesita ganar dos para tocar el cielo.