En Chile se observa una importante disparidad geográfica en cifras de pobreza y acceso a servicios de salud y educación de buena calidad. El desafío que este escenario conlleva sugiere revisar la experiencia de otros países en esta materia, donde es posible hallar diversidad de soluciones, no obstante las naciones más desarrolladas, coinciden en una estrategia que cobra mucho sentido para nuestro país y que tiene que ver con el fortalecimiento de las capacidades profesionales de los gobiernos locales.
Efectivamente, en el actual modelo de desarrollo regional, una de las desigualdades más relevantes, que actúa como condicionante ante la captación de recursos fiscales para los gobiernos locales, es la que se produce con municipios que tienen pocas posibilidades de contar con profesionales calificados. En Ñuble es prácticamente la realidad de todas las comunas y ha quedado una vez más en evidencia al examinar la ejecución presupuestaria de 2021, una de las más deficientes entre todas las regiones del país.
Claro que el año pasado fue atípico en este nivel de la burocracia estatal, debido a la instalación del nuevo sistema de gobierno, donde se puso fin a la figura del Intendente para dar paso al Gobernador Regional. Este proceso, donde el control de la billetera regional, que asciende a más de 50 mil millones de pesos, requirió un tiempo de ajuste que nadie consideró y que terminó impactando negativamente en el cumplimiento de las metas presupuestarias.
Sin embargo, esta inédita coyuntura no debe confundir el análisis sobre el uso de los recursos fiscales de decisión regional desde que Ñuble existe como tal. Del total de proyectos aprobados por el Gobierno Regional, solo un 20% corresponde a iniciativas presentadas por los municipios, versus el 80% que ha sido ejecutado por servicios centralizados.
En sus primeros tres años de vida independiente la región ha ejecutado el presupuesto mediante transferencias a organismos centralizados -como el Servicio de Salud, MOP-Vialidad, CNR y el Ministerio de Medio Ambiente, entre otros- lo que ha permitido alcanzar un buen nivel de ejecución, amén de impactar en áreas que son relevantes para la población. Sin embargo, esta marcada preferencia por organismos centralizados es una fórmula facilista que esconde la tacañería del gobierno central.
Las nuevas autoridades han anunciado que ahora debería venir el turno de los proyectos municipales, sin embargo, hay más de un centenar de iniciativas presentadas que han sido objetadas técnicamente y que confirman que la instalación de recurso humano calificado en los municipios es una urgencia.
Desconocer esta problemática no deja de tener consecuencias sociales profundas, especialmente sobre aquellos municipios de menor tamaño relativo, porque contribuye a profundizar las inequidades territoriales.
Emparejar las condiciones técnicas de los gobiernos locales constituye un primer paso, imprescindible, para transferir más recursos fiscales a las regiones. En caso contrario, solo se seguirán profundizando las inequidades territoriales y la frustración de comunidades.