Cancha dispareja
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En Chile se observa una importante disparidad geográfica en cifras de pobreza y acceso a servicios de salud y educación de buena calidad. El desafío que este escenario conlleva sugiere revisar la experiencia de otros países en esta materia, donde es posible hallar diversidad de soluciones, no obstante los más desarrollados, como Australia y Canadá y los emergentes, como podrían ser Corea y Sudáfrica, coinciden en una estrategia que cobra mucho sentido para nuestro país y que tiene que ver con el fortalecimiento de las capacidades profesionales de los gobiernos locales.
Efectivamente, en el actual modelo de desarrollo regional, una de las desigualdades más relevantes, que actúa como condicionante ante la captación de recursos fiscales para los gobiernos locales, es la que se produce entre municipios grandes que tienen más posibilidades de contar con profesionales calificados y los municipios pequeños que cuentan con menos posibilidades para acceder a dichos profesionales.
La instalación de recurso humano calificado en los municipios es una urgencia. Desconocer esta problemática no deja de tener consecuencias sociales profundas, especialmente sobre aquellos municipios de menor tamaño relativo, porque contribuye a profundizar las inequidades territoriales entre municipios con más capacidades técnicas y municipios con menos capacidades técnicas.
Los municipios son las principales instituciones que presentan proyectos para ser financiados vía Fondo Nacional de Desarrollo Regional y una de las causas del atraso que exhiben 11 de las 21 comunas de Ñuble que tienen los peores índices (superiores a 25%) de pobreza multidimensional es, precisamente, que sus municipios no presentan muchos proyectos al financiamiento público en sus diferentes niveles, o los que presentan tienen falencias técnicas que impiden obtener rápidamente la recomendación o aprobación técnica (RS).
Dicho de otra forma, el problema fundamental no es la disposición de recursos fiscales para financiar proyectos, sino que hay muchos municipios que no tienen recurso humano calificado para formular adecuadamente dichas iniciativas.
Esta problemática se ha intentado subsanar con algunas iniciativas particulares de apoyo o capacitación de personal (básicamente de las secretarías comunales de planificación), no obstante, se siguen observando las mismas disparidades, ya que lo que se requiere son apoyos permanentes, impulsados por un diseño institucional y no solo programas aislados.
Para producir una efectiva descentralización, más allá de lo que puede significar elegir democráticamente a la primera autoridad regional, se necesita emparejar las condiciones técnicas de los gobiernos locales.
Ese un primer paso, imprescindible, para transferir atribuciones políticas y más recursos fiscales a las regiones. En caso contrario, seguirán profundizándose las inequidades territoriales entre municipios grandes y pequeños, lo mismo que la frustración de comunidades que ven como el desarrollo y la prosperidad pasan por fuera de sus comunas.