Señor Director:
El Cáncer de Cabeza y Cuello cobra la vida de 400 a 500 personas al año en Chile y en el mundo se diagnostican más de 550.000 casos anuales.
Afecta a la tiroides, garganta, boca, amígdalas y piel de la cara, cabeza y cuello, entre otros órganos. En Chile los cánceres de cabeza y cuello corresponden al 2% de los cánceres, siendo los más frecuentes orofaringe y laringe.
La literatura especializada indica que entre los gatillantes se encuentran el tabaco, el alcohol, la presencia del virus papiloma humano (VPH), y la exposición al polvo de madera y radiación.
Afecta más a hombres que mujeres (3 a 2) y su incidencia aumenta después de los 45 años (2 por 100.000 habitantes). De acuerdo, al Departamento de Estadísticas e Información de Salud (DEIS) el 2019 la mortalidad era de 1,5 en hombres y 0,5 en mujeres. Si se descubre en fases tempranas, la sobrevida es mayor al 80%, según al Instituto Nacional del Cáncer. Lamentablemente, la mitad de los casos se conocen tarde.
La telemedicina es importante en la detección precoz al facilitar y enseñar a autoinspeccionarse: tocarse el cuello buscando masas o tumores frente a un espejo; revisar los labios y cara interna de las mejillas; verificar el estado de las encías; usar una linterna para inspeccionar la lengua, paladar, amígdalas y garganta, y examinar la piel de cara, cuello, y cuero cabelludo.
El principal desafío para llegar a tiempo es contar con políticas de salud pública proactivas apoyadas por el sector privado y la tecnología.
Sergio Hott Médico
