Después de tres meses de una grave segunda ola que puso contra las cuerdas al sistema sanitario y llevó a decretar estrictas medidas y extensas cuarentenas, el Gobierno actualizó ayer el plan Paso a Paso, vigente desde el 20 de julio del año pasado.
Las modificaciones entrarán en vigencia el jueves 15 de julio y consideran cambios al toque de queda, protección de las fronteras, seguridad sanitaria en el transporte público, adecuar aforos en atención de público, flexibilizar funcionamiento de locales comerciales y retomar las prácticas deportivas, entre otros, lo que conlleva la vuelta al público a los estadios y la apertura de cines, son algunas de las medidas planteadas por el Ejecutivo.
Otra de las novedades es la apertura total de las escuelas, que hasta ahora solo podían abrir en función de la situación epidemiológica, lo que provocó que muchas permanecieran cerradas durante meses o incluso que abrieran y cerraran de forma intermitente y caótica.
Además, habrá dos tipos de toque de queda, uno de 22 a 5 horas (el que rige desde hace meses) y otro de cero a 5 horas, que solo será aplicable a las regiones de Ñuble y Magallanes, que superan el 80% de su población vacunada, y que variará en función del nivel de contagios.
El presidente Piñera dijo que la actualización del plan se hizo tras un “profundo proceso de diálogo y escucha con la comunidad científica y la sociedad civil”, lo que en realidad no es tan así, pues quedaron fuera de ese proceso el Colegio Médico, el Colegio de Enfermeras, como también sociedades científicas que han disentido con el Ejecutivo en el manejo de la pandemia.
En general, las medidas anunciadas ayer fueron bien evaluadas por la opinión pública, cansada de tantas restricciones, y sobre todo porque tienen un aval importante, como es uno de los procesos de vacunación más exitosos del mundo, que al día de ayer alcanzaba a más del 81% de la población objetivo con una dosis y a un 73 % con dos dosis, claro que la mayor parte con Coronavac -que ha mostrado ser muy poco eficiente ante la nueva variante Delta del covid-19- y en menor medida con Pfizer, AstraZeneca y Cansino.
Precisamente, ahí radica la mayor preocupación de los especialistas, pues la llegada de la variante Delta, en un contexto de alta movilidad debido a estos cambios al plan Paso a Paso, además de los traslados que se están produciendo este mes por las vacaciones de invierno, podría provocar una nueva crisis, en agosto y septiembre, superior –creen algunos expertos- a las dos olas de la pandemia que ha sufrido el país.
Como en ningún otro momento, se necesita cabeza fría, no solo de quienes toman las decisiones, sino de la población en general, para que estas modificaciones al Plan Paso a Paso no se conviertan en una apertura sin autocontrol, que ponga en riesgo a la propia gente. Por ello resulta clave que las autoridades tengan claro que si bien el país no puede detenerse ni encerrarse, debe primar siempre la protección de la población, basada en indicadores transparentes y recomendaciones de expertos independientes, que hoy más que nunca se tornan relevantes.