Señor Director:
En la noche del lunes, dos jóvenes perdieron la vida tras ser heridos a bala en la comuna de Maipú. Hace cuatro días, otro joven de 17 años, en Antofagasta perdió la vida en una balacera. Otro joven fue baleado en Caleta Abarca hace una semana. Podríamos seguir enumerando historias truncadas de jóvenes y estoy seguro que necesitaríamos muchos más caracteres de los que nos permite esta carta.
No quiero dejar solo el espacio a la lamentación. Algo tenemos que hacer para terminar de dilapidar el activo más importante que tiene Chile: sus personas.
¿Cómo terminar con esto? A muchos de nosotros la vinculación entre este nivel de violencia y el narcotráfico nos resulta evidente, pero incluso aunque no fuera así, la solución es la misma: tenemos que prevenir este tipo de conductas, más allá de las soluciones policiales y judiciales.
Pero, ¿qué hacemos? Quizás lo más complejo que debemos enfrentar los adultos es la necesidad de cambiar, porque somos claves en los espacios que determinan el desarrollo de los Niños, Niñas y Adolescentes. Si queremos cambiar, tenemos que empezar por nosotros. Así pasaremos de la queja y el lamento a la acción.
Raúl Perry
Jefe de programas de Fundación San Carlos de Maipo