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Señor Director:
Hace unos días atrás la OCDE entregó datos decidores sobre confianza en gobiernos. Considerando los países que forman parte de la Organización (entre europeos y latinoamericanos), el nuestro se encuentra con una cifra demoledora. Solo un 29% presenta confianza en el gobierno siendo que el promedio de la OCDE es de un 47,5%.
Uno de los factores claves que explica este desplome desde el año 2008 es la eficacia gubernamental. Esto se relaciona con la capacidad de los gobiernos en enfrentar fenómenos como el crecimiento económico, las tasas de desempleo, control de la inflación y estrategias legislativas sobre seguridad ciudadana. Otro factor clave y que comprueba la investigación internacional es la proliferación continua y extensiva de escándalos políticos, en especial los relacionados con el poder, el uso corrupto de recursos públicos y la consiguiente erosión en la legitimidad de las élites. Los datos son alarmantes si consideramos la relevancia de la confianza institucional. Esta dimensión es fundamental para darle legitimidad a las instituciones democráticas y, para el cumplimiento desde la sociedad civil de las normas.
Los efectos que podríamos tener en este desplome podrían ser la abstención electoral, una creciente violación de normas en la sociedad, falta de cooperación hacia la comunidad y efectos en la confianza interpersonal.
Quizá detrás de las cifras se encuentran fenómenos poco estudiados como la capacidad técnica de los cuadros que se reclutan desde los partidos políticos y que forman parte de los gobiernos y, una falta de control institucional de las élites políticas, económicas y las burocracias estatales.
Juan Castañeda
Cientista Político, Doctor en Sociología UA