Como hace rato no ocurría en Ñublense, un entrenador ha pasado del discurso a la acción para empaparse de la realidad de los cadetes del club.
Jaime García, lo aseguran los propios entrenadores y funcionarios de las inferiores del club, ha decidido poner la mirada en la planificación y proyección del fútbol joven para que a mediano plazo, los jugadores de real futuro, lleguen al primer equipo.
Ya subió a 11 jugadores de la cantera al primer equipo para que hicieran la pretemporada y durante seis meses entrenen con el plantel profesional. García ha dicho que jugadores con condiciones hay, pero hay trabajo por hacer en la parte táctica y fundamentalmente, física-muscular.
Ya hizo debutar al zaguero nativo de Bulnes, Jonathan Turra, quien mostró temple, serenidad y concentración para responder como lateral derecho, a pesar que juega con zaguero.
El director técnico oriundo de Cartagena asegura que tiene “cositas” de Paulo Díaz y un gran futuro. Ahora, no es primera vez que emerge un jugador con condiciones de la cantera de Ñublense, el dilema es cuántos de esos terminan llegando arriba y se consolidan. En los últimos años, Pablo Parra ha sido el único, y aunque no pudo consolidarse en el Rojo. Ñuble ha sido cuna permanente de buenos jugadores, pero la mayoría o se ha perdido en la zigzagueante ruta al profesionalismo o terminan jugando en otros clubes.
Ahora Ñublense tiene la intención de mejorar su gestión en cadetes, pero para lograrlo deberá consolidar un equipo multidisciplinario que siga la carrera del cadete más allá de la cancha. Y que el grupo que entrena en el primer equipo entienda que sin esfuerzo y sacrificio no se llega a ni un lado. Ni en el fútbol ni en la vida.
