Para los chillanejos que usan a diario la locomoción colectiva, no pasaron inadvertidos los viajes de prueba realizados por un bus eléctrico con distintas líneas de trasporte público de la intercomuna durante esta semana. Quienes tuvieron la oportunidad de abordar este bus en alguno de los recorridos por las calles de Chillán, pudieron notar el evidente contraste entre dicha máquina y las micros que circulan por la ciudad.
El bus 100% eléctrico ofrece elementos de seguridad, confort y accesibilidad para los pasajeros y para el conductor, no genera emisiones contaminantes y tiene un costo de mantención inferior a las máquinas utilizadas actualmente. Lógicamente, se trata de una elevada inversión -cada bus cuesta sobre US$200 mil- que las líneas de taxibuses no están en condiciones de asumir por sí solas.
En ese contexto, las políticas públicas de fomento a la electromovilidad representan una oportunidad de renovación de máquinas para las pequeñas y medianas empresas del transporte público que operan en la ciudad. Existen fondos concursables del Ministerio de Transporte, como el plan Renueva tu micro y el Plan especial de fomento a la electromovilidad, así como también el Gobierno Regional de Ñuble dispuso de recursos para un programa especial de financiamiento en conjunto con el Ministerio, y cuyo proyecto será presentado por la Asociación de dueños de taxibuses urbanos de Chillán, Sotrapa, en noviembre próximo.
De cumplirse las etapas en los plazos previstos, los primeros buses eléctricos debieran llegar a la ciudad en 2025, dando inicio a una paulatina renovación de las antiguas máquinas que circulan por Chillán, en grupos de diez a veinte buses, que serán financiados mayoritariamente por el estado.
Pero esta renovación será parte de una transformación más integral del transporte público local, que considera, entre otras innovaciones, el pago electrónico -que se está implementando con éxito a partir del presente año- y la habilitación de vías exclusivas para la locomoción colectiva en el centro, con el objetivo de reducir los tiempos de viaje.
El objetivo principal es mejorar la calidad del transporte público en Chillán, de manera de desincentivar el uso del vehículo particular, lo que cobra especial relevancia en una ciudad con una creciente congestión, como consecuencia del aumento explosivo del parque automotor y de una infraestructura vial del siglo pasado.
Desde la perspectiva de ciudad, el transporte público es mucho más eficiente y sustentable que el transporte particular. Por ello los gobiernos buscan incentivar este medio de transporte, ante la constatación de que es imposible que las calles puedan crecer al mismo ritmo que el número de vehículos.
Sin embargo, para lograr que los chillanejos dejen el automóvil en casa y opten por el transporte público, éste no solo debe ser eficiente y sustentable, sino que debe ser más atractivo. En ese sentido, debe ser rápido, económico, cómodo, seguro, accesible y frecuente, entre otras ventajas, varias de las cuales aún no se cumplen en Chillán.
Se valoran aquellas iniciativas que apuntan a mejorar la calidad de la locomoción colectiva en la ciudad, pero dichos esfuerzos estarán incompletos en la medida que no se aborden otros aspectos clave desde la perspectiva de los usuarios, como la cobertura de los recorridos, las frecuencias, los horarios y la rapidez.