Share This Article
Tres días lleva desaparecida Marcela Ramírez Espinoza, de 23 años, quien fue vista por última vez el pasado sábado 9 de noviembre.
Ese día fue a su trabajo, una cafetería en el mall Vivo Outlet, y pidió permiso para retirarse más temprano pues se habría sentido indispuesta para continuar la jornada. Fue la última vez que la vieron.
Su extravío mantiene en vilo y preocupados a sus familiares, pues aseguraron que en la última semana la joven no continuó con sus medicamentos para el trastorno del espectro autista (TEA) que padece, por lo tanto temen que esté “totalmente descompensada y vulnerable”.
“Ella trabajó hasta el sábado, se retiró alrededor de las 11:30 de la mañana, y a lo mejor pidió permiso porque que se sentía mal, ella está diagnosticada con TEA. Se retiró y de ahí tomó la micro, se fue al centro por calle Maipón, y pasó a la importadora Panamá que está en 5 de Abril, y de ahí se perdió la pista. Eso lo vi en unos registros porque yo me conseguí las cámaras de ahí”, explicó Carlos Ramírez, padre de Marcela.
Aseguró que a Marcela la han visto en las últimas horas por el sector de Las Habas, en la población Vicente Pérez, por lo que considera ese lugar como un punto de interés para dar con su paradero.
“En este minuto el lugar de mayor importancia es la esquina de Las Habas, porque hay personas que me han llamado diciendo que la han visto en ese sector. Por las características físicas, la particular forma de vestir y fisonomía de marcela, aseguran haberla visto por ahí”, dijo.
Carlos en compañía de familiares ha recorrido puentes, caletas y rucos en varios puntos de la ciudad con la esperanza de encontrar a su hija. Presentó una denuncia de presunta desgracia en Carabineros y aseguró que la Fiscalía instruyó a la PDI realizar indagaciones para dar con el paradero de la joven.
Momentos de angustia vive la familia Ramírez Espinoza al no saber dónde está Marcela. “Estamos devastados, su mamá está destruida”, señaló.
Marcela es la hija menor del matrimonio, una persona independiente y trabajadora. “Ella es una niña decente, está viviendo sola en un departamento, está independizada porque trabaja. Por su condición de TEA es poco comunicativa, en el sentido de que es poco sociable, tiene solamente dos amigos. Nosotros tenemos buena comunicación, no había conflicto familiar de pelea, nada. Tenemos una familia bien constituida”, destacó su padre.
El chillanejo agregó que el mismo día que se le perdió el rastro, Marcela envío mensajes a su círculo más cercano. “El día sábado, en transcurso de las 2:00 de la tarde aproximadamente, envió mensajes a su amiga, a su ex pololo y a mi otra hija que vive en Valparaíso, le mandó un audio despidiéndose”, indicó.