Una baja participación laboral y una amplia brecha salarial es el diagnóstico de la realidad de la mujer en el mercado laboral regional, una situación que se ha visto empeorada debido a la pandemia.
Basta ver, por ejemplo, la tasa de desocupación femenina informada por el INE para el trimestre noviembre-enero en la región de Ñuble, que alcanzó un 11,6%, superior en 2,6 puntos en la comparación a 12 meses; mientras que en los hombres el desempleo fue 6,8%, cifra que representa un alza de 1,3 puntos.
Salarios
Según la Encuesta Suplementaria de Ingresos (ESI), durante 2019 los ingresos medio y mediano de los hombres en la región se ubicaron en $489.085 y $383.110, respectivamente, mientras que en las mujeres estos alcanzaron los $377.059 y $301.000, respectivamente.
Lo anterior implicó brechas de -22,9% en el ingreso medio y de -21,4% en el ingreso mediano, ambos en desmedro de las mujeres.
Al respecto, Sofía Sánchez Nova, analista cualitativa del Observatorio Laboral de Ñuble (OLÑ) -entidad de Sence y la Universidad del Bío Bío (UBB)- advirtió que “las cifras que se publiquen en la actualidad referente a esta materia, incorporarán las circunstancias de la pandemia, demostrando que las brechas se han ido acentuando; especialmente las relacionadas con el empleo y los cuidados, ya que las mujeres han sido las más penalizadas en el mundo del trabajo”.
“En materia laboral, se ha visto que los sectores más feminizados son también los más precarios (dato que concuerda con los informes emitidos por el OLÑ en donde se referencia el caso del sector comercio, donde las mujeres han perdido más empleos), en este sentido, las mujeres son las que en mayor medida se ven afectadas por contratos temporales y contratos parciales, en gran medida por su diversidad de roles y la dedicación al hogar”, complementó.
En ese sentido, la remuneración promedio más baja entre las mujeres también se explica por su mayor presencia en sectores que pagan menos.
Participación
La tasa de participación laboral también permite dimensionar el rezago femenino en materia de empleo y la pandemia sin duda ha significado un retroceso. Según el OLÑ, al comparar la tasa de participación anual de mujeres de la región se observa que para el año 2020 se situó en niveles similares al promedio anual de 2010. A su vez, en Ñuble el mayor impacto en términos de participación laboral se reflejó en el trimestre abril-junio de 2020, en el cual la participación de las mujeres alcanzó al 34,4%, mientras que en hombres fue de 59,4%, lo que representa una caída de 11,5 y 11,1 puntos porcentuales, respectivamente, en un año. Esta situación puede ser explicada en parte por la cuarentena total de la intercomuna Chillán y Chillán Viejo entre el 30 de marzo y el 23 de abril, que derivó en una menor actividad económica.
“La pandemia ha golpeado con fuerza al mercado laboral y sobre todo, ha afectado el empleo de las mujeres. Por ejemplo, la Cepal ha manifestado su preocupación por las consecuencias que podría tener la pandemia sobre el empleo de la mujer, estimando que la ocupación de las mujeres podría marcar un retroceso de al menos diez años”, planteó Sánchez.
Según la analista, “una de las principales causas de este retroceso se debe a que las medidas sanitarias y el encierro obligaron a la mujer a quedarse en su hogar, haciéndose cargo tanto del cuidado de los hijos o hijas y labores domésticas, en desmedro de sus trabajos remunerados, perjudicando así su autonomía económica y crecimiento profesional”.
“Otra de las causas -continuó-, se le atribuye a los sectores económicos y es que, las actividades más golpeadas de la crisis, como aquellas relacionadas al comercio o actividades turísticas, son las que cuentan con una gran participación de mujeres en su fuerza laboral”.
Si bien en los meses siguientes la participación laboral presenta una recuperación, todavía no alcanza los niveles previos a la pandemia. En particular, en el trimestre noviembre 2020-enero 2021, la tasa de participación de mujeres llegó al 41,1%, lo que es 9,6 puntos porcentuales inferior al mismo periodo del año anterior. A su vez, la diferencia entre la tasa de participación de hombres y mujeres aumentó durante el año 2020.
Un estudio del Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales (UC) (citado en Pauta, 2020) reveló que el trabajo durante la pandemia, al interior de los hogares sigue siendo desigual: cerca del 38% de los hombres dedicó cero horas semanales a realizar tareas domésticas, mientras que sólo un 14% de las mujeres no dedicó horas a labores domésticas.
Asimismo, una investigación del OLÑ realizada en 2020 confirmó que las tareas que realizan hombres y mujeres de Ñuble aún son las que históricamente se les ha asignado socialmente.