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El Brexit dentro de mes y medio es cosa hecha. El primer ministro Boris Johnson obtuvo una aplastante mayoría en las legislativas que le permitirá sacar al Reino Unido de la UE por la puerta grande, tras años de debates y retrasos.
“Pondré fin a todas esas tonterías y llevaremos a cabo [el Brexit] a tiempo el 31 de enero, sin ‘si’, sin ‘pero’, sin ‘tal vez'”, afirmó un Johnson eufórico el viernes, antes de ir a ver a la reina Isabel II en el Palacio de Buckingham para que le encomiende formar gobierno.
En el poder desde julio pero con minoría en el Parlamento, el carismático y controvertido primer ministro se había arriesgado a convocar comicios anticipados en diciembre, un mes oscuro y frío, poco propicio a atraer a los británicos a las urnas.
Era una apuesta arriesgada… y la ganó.
Sumando una tras otra circunscripciones tradicionalmente obreras, su Partido Conservador obtenía 363 diputados, 45 más que en 2017, en una cámara de 650 escaños. Es la mayor victoria conservadora desde 1987.
El presidente estadounidense Donald Trump fue uno de los primeros en felicitarlo por “su gran victoria”. “El Reino Unido y Estados Unidos serán libres ahora para forjar un masivo acuerdo comercial tras el Brexit”, tuiteó.
“Muy decepcionados”, los opositores del Partido Laborista, encabezados por Jeremy Corbyn, perdieron 59 diputados para quedarse con 203.
Corbyn anunció que lanzará “una reflexión” interna y no liderará el partido en unas próximas elecciones.
Los independentistas escoceses del SNP llegaron en tercera posición con 48 escaños. Y por detrás, con 11 diputados, los centristas del Partido Liberaldemócrata, cuya líder Jo Swinson perdió su escaño tras hacer campaña prometiendo revocar el Brexit.