Los bomberos aprovechaban este martes la breve tregua que dieron las temperaturas y, en algunas zonas, la lluvia para controlar los incendios que asolan desde septiembre el sur de Australia antes de una nueva subida de los termómetros para el fin de semana.
Los voluntarios, exahustos tras meses de intenso combate al fuego descontrolado, aprovecharon para limpiar la vegetación y realizar quemas controladas antes de una nueva subida anunciada para el viernes.
“Realmente se trata de apuntalar la protección para limitar el daño potencial y la aparición de nuevos fuegos en los próximos días”, dice el comisario del Servicio Rural de Bomberos de Nueva Gales del Sur, Shane Fitzsimmons.
Las condiciones actuales, según él, son “mucho más favorables” pero “esperamos que vuelvan las altas temperaturas al final de semana”, alerta.
Docenas de focos siguen fuera de control en el este del país y se teme que dos grandes incendios en Nueva Gales del Sur y Victoria se junten para dar lugar a un megaincendio sin control.
La lluvia dio el lunes un respiro, pero no fue suficientemente intensa como para apagar el fuego y en algunas zonas, incluso dificultó las labores de los bomberos para realizar las quemas controladas.
En total, 25 personas han perdido la vida desde el inicio de esta catástrofe en septiembre, más de 1.800 viviendas han sido consumidas por el fuego y unos 8 millones de hectáreas (80.000 kilómetros cuadrados), un tamaño similar a Irlanda, han ardido.
El humo de los incendios se ha percibido en Chile y Argentina, a más de 12.000 kilómetros, según anunciaron las autoridades en estos países sudamericanos.
No hay un valor definitivo de los daños, pero el Consejo de Seguros de Australia ya ha recibido reclamaciones que superan los 700 millones de dólares australianos (unos 485 millones de dólares USD) aunque se espera que el total sea muy superior.
El gobierno ha previsto destinar inicialmente 2.000 millones de dólares australianos (USD 1.400 millones) para un fondo de ayuda a las comunidades afectadas.
El número de víctimas fue revisado al alza el martes. Los bomberos realizaron un funeral en Sídney por el joven colega Andrew O’Dwyer, que murió a los 36 años, combatiendo el fuego a finales de diciembre.