Señor Director:
Una vez más en los grandes incendios que están asolando al país, se ha instalado el heroísmo de los Bomberos de Chile, como siempre, en la primera línea del sacrificio para proteger la vida y los bienes de sus compatriotas. Con sobrada razón las últimas encuestas distinguen a Bomberos de Chile como la institución mejor evaluada, seguida por otras que, en representación del Estado, asumen tareas semejantes: Carabineros, PDI y Fuerzas Armadas.
En esta heroica faena, ha perdido la vida Yesenia Muñoz Duran, 38 años, secretaria de la institución en Coronel, en la que también participa su esposo. Una vida muere a medio camino y conmueve a su institución y a todos los chilenos que asistimos con los puños apretados ante una tragedia más en nuestra historia. Es de esperar que los diputados que botaron en contra una ley que castigaba a los agresores a bomberos despierten del sueño ideológico y vean lo que todos los chilenos vemos: una institución única en el mundo que constituye uno de los grandes orgullos nacionales. Más aún, la clase política, la más cara de América Latina, disponga recursos para que Bomberos de Chile pueda desplegar su notable obra social y que dejemos de ver a sus miembros recorriendo las calles solicitando casi como limosna apoyo económico para cumplir su gran tarea de custodio social.
Dijimos única en el mundo, en el extranjero cuesta creerlo: son los únicos bomberos que arriesgan la vida para cuidar a los chilenos sin cobrar un centavo. Y, como suele decirse, “a propósito de escopeta”, ¿Cuándo tendrán los Bomberos de Chillán una historia escrita que registre su notable trayectoria en la que también hay martirio? La peor ingratitud es el olvido.
Alejandro Witker , Historiador