Bildung
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En su recién publicado libro “Psiquiatría y Cultura”, Otto Dörr comparte catorce interesantes artículos, dedicando uno de ellos a explicar qué es “bildung”.
Oportuno el trabajo del Premio Nacional de Medicina (2018) porque Bildung es una manera integral de entender la educación, que es algo que hace mucha falta en nuestro sistema educativo. Conviene tener presente que la acción educativa significa ante todo, un tiempo de modelación de humanidad; educar es el proceso de formación del ethos, esto es, del carácter, de la forma de ser de quien se educa. Por cierto, la instrucción está implicada en la educación, pero esta es mucho más que recibir instrucción, ya que es necesario que concurra en este acto, la voluntad del educando, dando vida de esta forma, al proceso que llamamos enseñanza. El proceso educativo de toda persona supone un camino a través del cual se aprende a distinguir lo bueno de lo malo o lo justo de lo injusto, quedando capacitados para poder priorizar los fines de la conducta. De esta manera, la educación (formación) nos posibilita descubrir el sentido de los valores y también nos habilita para jerarquizarlos, distinguiendo lo más importante de lo que es menos.
Así, la correcta acción educativa apunta a la promoción de la naturaleza del educando, se dirige a elevar sus potencialidades humanas a lo que éste más pueda conforme a su naturaleza. Por ello Millán-Puelles apunta en La formación de la personalidad humana que “lo que se persigue al educar es, pues, suministrar al hombre el estatuto por el que se halle habitualmente inclinado a la viviente y libre aceptación, con hechos, de esa naturaleza que en tanto que hombre le conviene”. Lo que está de fondo en el concepto de formación no es ni más ni menos que la posibilidad, o quizás deberíamos afirmar, la necesidad, de vivir como personas: formarse significa aprender a vivir bien.
Precisamente esto es Bildung. Porque como bien precisa el connotado psiquiatra, la formación “tiene que ver primero con la capacidad del hombre para tomar distancia respecto a sus instintos y necesidades básicas y ganar con ello libertad; en segundo lugar, con la necesidad de trascenderse a sí mismo, en un ir más allá de lo que sabe y experimenta directamente, en reconocer en lo extraño lo propio”. También que tiene que ver, en tercer lugar, con el tacto, “pero no solo en el sentido de saber estimar adecuadamente las situaciones interpersonales, sino también de la capacidad de distinguir lo bello de lo feo, la buena de la mala calidad, o sea, con el sentido estético”. Y asimismo, la Bildung “está esencialmente relacionada con el sentido común y con el buen gusto, vale decir, con la ética y con la estética”.
Vale la pena observar que la antropología pedagógica de esta perspectiva conecta clara y directamente con los fines de la educación que desde la Grecia clásica se han tenido como propios del proceso pedagógico en tanto actividad humanizadora.
Ahora bien, dado el progresivo deterioro de la convivencia escolar ¿no sería adecuado adoptar un enfoque pedagógico que potencie la Bildung en nuestras escuelas y también en la formación docente?