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Señor Director:
Este año inicia el derrotero electoral con los comicios de gobernadores y muy especialmente alcaldes y concejales. Pero a diferencia de otras épocas lo que se juega el país es mucho más profundo y está arraigado en la denominada batalla cultural, donde tanto izquierda, liberales y conservadores pondrán sus ideas sobre la mesa para persuadir a las y los votantes.
En el caso de Chile el tema no es menos relevante, toda vez que la izquierda, a pesar del desastre que han sido en la administración del poder, han logrado mantener parte de su base de apoyo y sólo eso les basta para perpetuarse en el poder.
En la oposición, en cambio, no sólo se observa el desorden y la falta de quehacer político habitual, sino que ahora suman además la pérdida de un liderazgo importante para el sector como lo fue el ex presidente Sebastián Piñera, quien entendía perfecto los preceptos de las democracias liberales: Derechos individuales, Democracia y participación ciudadana, Innovación y progreso, Tolerancia y diversidad, Desarrollo económico.
En el papel, ideas mucho más atractivas y de prosperidad que la democratización de la pobreza a la cual aspira la izquierda. Sin embargo, y debido a la incapacidad intelectual y política de la derecha, el sector ha sido incapaz de generar y construir un relato que les permita instalar la prosperidad por sobre el relato del conformismo y la mediocridad.
Rodrigo Durán Guzmán.