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Entre evacuaciones, búsquedas de víctimas y riesgos sanitarios, Bahamas se preparaba este domingo para enfrentar una larga crisis humanitaria, una semana después del devastador paso del huracán Dorian, que también golpeó a Canadá.
El balance provisional del desastre, entregado con moderación por las autoridades de Bahamas, subió a 44 el domingo por la noche. Pero las autoridades del archipiélago advirtieron repetidamente que el número estaba escalando.
Sobrevivientes consultados los últimos días por AFP en la isla de Ábaco, a la cual Dorian asoló el 1 y 2 de septiembre con vientos de más de 250 km/h, temían lo peor.
“Hay muertos en todas partes”, “los cuerpos siguen tirados”, declararon mientras intentaban por todos los medios abandonar su isla, privada de agua y electricidad, donde los desechos se acumulaban en medio de los escombros bajo un calor intenso.
Ante el aumento de los riesgos sanitarios, el Ministerio de Salud bahameño y la Organización Panamericana de la Salud aseguraron en un comunicado conjunto que el archipiélago no enfrenta ninguna epidemia actualmente.
“Ninguna isla en las Bahamas ha sido puesta en cuarentena”, dice el texto.
“Las inundaciones pueden aumentar potencialmente la transmisión de enfermedades contagiosas relacionadas con el agua. No obstante, por el momento no se ha detectado ningún caso de cólera, ni ha aumentado el número de enfermedades infecciosas debido al huracán”, agrega.
Dorian dejó al menos 70.000 personas sin hogar en las islas más severamente afectadas, Ábaco y Gran Bahama, según la ONU, cuyo Programa Mundial de Alimentos ha entregado casi 15.000 comidas y toneladas de equipos en la región.
El primer ministro de Bahamas Hubert Minnis, quien había advertido el jueves que la devastación causada por el huracán durará “generaciones”, dijo este domingo que Nassau no podía “acoger a todas las víctimas”, que temporalmente se alojarán en tiendas de campaña.
En tanto haitianos, muchos de los cuales viven en un barrio pobre completamente arrasado por el huracán en la isla de Ábaco, acusaron al gobierno bahameño de dar prioridad a sus ciudadanos para las evacuaciones.
“Los haitianos han sido bien tratados. Si tuviera que elegir entre mi madre y mi suegra, ya sabes cuál sería mi elección (…) El gobierno primero debe encontrarles un refugio”, respondió Dorval Darlier, encargado de negocios haitiano en las Bahamas.