Señor Director:
Ya es sabido que, en el contexto de la recesión económica, tendremos una ola de populismo que buscarán crear formas alternativas para un nuevo retiro de fondos. En este caso hablamos de dos proyectos de “autopréstamo de fondos” promovido y recientemente rechazado en la comisión de Constitución de la Cámara de Diputados (uno del 15% y otro del 100% de los fondos). Sin embargo, la carencia fundamental de los proyectos es que no son acotados en términos de población y no tienen tope de retiro, a diferencia de lo que se presenta en el autopréstamo de la Reforma de Pensiones (5% con tope de 30 UF o $1.000.000).
De acuerdo con la Superintendencia de Pensiones, de los cerca de 11,3 millones de afiliados en el sistema de pensiones, al 31 de diciembre de 2021, 2,027 millones se quedaron sin fondos. Según el Superintendente de Pensiones, Osvaldo Macías, con un poco más de 10 millones de afiliados al sistema, cerca de 3,36 millones de ese total podrían realizar el autopréstamo de la totalidad de sus saldos en cuentas individuales, y podríamos esperar que, en el caso del proyecto del 15%, sean 1,36 millones de afiliados los que queden sin saldo. Esto en base a que, de 5 millones de personas pronosticadas que iban a quedar sin fondos con el tercer retiro, un 40,5% resultó cumplir con esa situación.
Por tanto, un nuevo retiro o estos mecanismos de autopréstamos no ayudarán a los más pobres, y tampoco a parte no menor de la clase media que forma parte de los vulnerables (cercanos a caer por debajo de la línea de pobreza). Lo más efectivo es focalizar correctamente las ayudas fiscales que anunció el Gobierno y dar máxima urgencia extrapresupuestaria a políticas proempleo como un nuevo IFE Laboral en el corto plazo.
Felipe de la Fuente