El primer ministro de Australia, Scott Morrison, dijo que prevé mantener su política de estrictos confinamientos incluso cuando tenga a toda la población vacunada
Si bien Australia es uno de los países con menos contagios de covid-19 en el mundo, no supera las 34.000 infecciones y los 923 decesos desde el inicio de la pandemia, una cifra total de contagios que países como la India o Indonesia registran diariamente, sus autoridades regionales tienden a ordenar confinamientos de sus ciudades o regiones al mínimo brote, aunque los casos se cuenten con los dedos.
Melbourne sufrió un confinamiento de 112 días por un brote de covid-19 detectado a mediados de año, que causó la mayor parte de muertes en Australia; mientras que la irrupción de la variante Delta hace seis semanas en Sydney mantendrá a unos 6 millones de habitantes de esta ciudad y sus alrededores encerrados en sus casas entre el 26 de junio y el 27 de agosto.
A raíz de este brote, que acumula desde entonces unas 2.600 infecciones y 13 fallecidos y obligó a los estados de Australia del Sur y Victoria a confinar entre siete y diez días a sus pobladores, las autoridades regionales endurecieron hoy aún más las medidas en Sydney, tras reportar 239 infecciones y dos muertes, informó Emol.cl.
En medio de la crisis, el Ejecutivo de Canberra ha reforzado el plan de vacunación, que acumula dos meses de retraso y que espera completar para la Navidad, poniendo énfasis en la inoculación de dosis Pfizer y de AstraZeneca en las zonas críticas de Sídney, a pesar de que la vacuna anglosueca solo está recomendada en el país para los mayores de 60 años.
“Ciertamente (las vacunas) ayudarán en los esfuerzos (para contener la propagación de la variante delta) durante el confinamiento. Pero por sí solas no detendrán los confinamientos”, dijo Morrison al referirse al plan de inmunización, que ha administrado la pauta completa a más del 16 por ciento de la población mayor de 16 años.
“No puedo garantizar que no haya otros confinamientos”, advirtió en una entrevista este jueves en el canal 9, donde admitió que ha aprendido la lección de ir “rápido y temprano” ante la virulencia de la variante delta.