El Tribunal Supremo de Australia anunció el miércoles que aceptó examinar el recurso interpuesto por el cardenal George Pell, ex número tres del Vaticano, contra su condena por pederastia.
En una breve declaración, la jueza Michelle Gordon dijo que el Tribunal aceptó evaluar el último recurso que le quedaba, presentado en septiembre pasado por Pell, condenado en 2018 a seis años de cárcel por abusar de dos monaguillos en 1996 y 1997.
Pell, ex tesorero del Vaticano de 78 años, es el prelado de mayor grado encarcelado por la ola de denuncias de abusos que ha sacudido a la Iglesia católica en todo el mundo.
Por el momento no hay fecha para la audiencia pero no se espera que se produzca antes del próximo año.
En agosto pasado, el Tribunal de Apelaciones del estado de Victoria había rechazado una demanda de Pell para revisar su condena.
En esta ocasión, dos de los tres jueces de la máxima autoridad judicial australiana consideraron que la única víctima que está viva fue “muy convincente” en sus acusaciones.
Sin embargo, el tercer juez encontró algunas “discrepancias” en el relato de la víctima por lo que existe una “posibilidad importante” de que Pell no haya cometido los abusos.
Para la defensa del prelado, la mayoría de los jueces aplicaron “un método judicial equivocado” que acabó jugando en su contra.
Pell y su defensa mantienen que nunca cometió los delitos que se le imputan y que salieron a la luz después de que una de las víctimas, de unos 30 años, le denunció tras la muerte del segundo joven en 2014 por sobredosis.
Cathy Kezelman, presidente de la Fundación Blue Knot, una asociación de apoyo a las víctimas, estimó que alargar el proceso judicial solo aumentará el trauma de la víctima que vive, y de “muchos otros que están a la expectativa”.
El padre de la segunda víctima se declaró “repugnado” por la decisión del Tribunal Superior, que, sin embargo, fue saludada por el arzobispo de Sidney, Anthony Fisher.
El cardenal participó en la elección de dos papas, fue uno de los cercanos consejeros del papa Francisco e incluso estuvo implicado en la respuesta de la Iglesia a los escándalos de pedofilia.
Durante el juicio, el Vaticano lo fue apartando discretamente de la alta jerarquía de la Iglesia y, tras su condena, fue relevado de su función de responsable financiero.
El cardenal Pell también se enfrenta a demandas para indemnizar económicamente a las víctimas.
Según la acusación, los hechos tuvieron lugar en la sacristía de la catedral de San Patricio de Melbourne, cuando Pell era arzobispo.