Aumento de población penal extranjera desafía a Ñuble en medio de crisis de seguridad
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En medio del debate por la crisis de seguridad en el país y la llegada de delincuentes extranjeros, Gendarmería difundió cifras sobre la población penal extranjera en los diversos centros penitenciarios, revelando que Ñuble está entre las regiones con menos cantidad de internos foráneos. Sin embargo, a nivel interno, aumentó sus ingresos de 13 a 43 reos, entre febrero de 2023 y enero del presente año.
El grueso de los extranjeros en el sistema carcelario, a noviembre de 2023, se concentra en la región Metropolitana, con 2.596, y las regiones de Tarapacá (1.397), Antofagasta (992) y Arica y Parinacota (843).
De los 53.250 integrantes de la población penal del país, 86,2% son nacionales y un 13,9% corresponden a extranjeros, es decir, 7.344. La mayoría pertenece a Colombia (28%), Bolivia (27,3%), Venezuela (26%) y Perú (10,1%).
Al indagar en la realidad delictual de este segmento de la población en Ñuble, las estadísticas e indagatorias de Gendarmería y las policías son clave para definir un perfil del delincuente extranjero en la zona.
Según cifras de Gendarmería regional, hay 43 reos en los cuatro penales locales; 17 internos son venezolanos, 14 colombianos, 6 bolivianos, dos argentinos, 1 haitiano, 1 turco, 1 peruano y 1 dominicano.
Conforme a datos entregados por la Policía de Investigaciones, durante 2023 se detuvo a 34 personas extranjeras por delitos de estafas, receptación, tráfico de drogas y otros delitos de la Ley 20.000, conducción en estado de ebriedad, abuso sexual, infracciones municipales, lesiones menos graves, maltrato corporal y uso fraudulento de tarjetas.
Por sexo, prevalecen los hombres (22) por sobre las mujeres (12), siendo el rango etario entre 21 y 47 años, los detenidos foráneos por la PDI.
Según informó el jefe de Prefectura Ñuble de la PDI, prefecto Héctor Marín Farfán, los extranjeros capturados no están asociados a bandas criminales ni cuentan con modus operandi específico.
Consultado por las causas detrás del aumento de migrantes tras las rejas en Ñuble, en menos de un año, la autoridad policial señaló que “se estima que sean causas circunstanciales, obedeciendo quizás a la lógica de que han aumentado la cantidad total de extranjeros en la región, por consiguiente, aumentan las probabilidades de que aumenten los delitos cometidos por estos”.
Asimismo, destacó el trabajo de las instituciones policiales y aquellas ligadas a seguridad que han permitido mantener a la baja la delincuencia y, por ende, la cantidad de privados de libertad foráneos en comparación a otras zonas del país.
“Porque de alguna manera las policías y entidades relacionadas a la seguridad, han trabajado en combatir los delitos, generando una imagen de seguridad. Además, no se puede aseverar que en la región hay menos extranjeros cometiendo delitos y que finalmente hayan sido detenidos”, dijo.
En el caso de Carabineros mencionaron que, de las casi 8 mil detenciones registradas por esta institución durante el año 2023, existieron 119 casos en los cuales fueron detenidas personas extranjeras, representando casi el 2% de incidencia en el total anual. Conforme a estos registros, 53 ocasiones correspondieron a personas de nacionalidad venezolana, 16 china y 14 colombiana, del resto de casos, corresponden a personas de otras procedencias.
Drogas y violencia intrafamiliar
Los delitos de mayor injerencia cometidos por ellos, son aquellos asociados al tráfico o microtráfico de drogas, donde se realizaron 15 detenciones, siguiendo la Violencia Intrafamiliar con 12 y en un tercer lugar, las correspondientes a la ley de Tránsito Nro. 18.290, por la conducción con licencias indebidas, en 11 oportunidades. En tanto, los delitos como robo y porte de armamento, ya sea de fuego o arma blanca, estos ascienden a 6 y 2 registros, respectivamente, correspondiendo a un 38% del total de casos, por cuanto el 62% restante, se desglosa en otros delitos.
“La mayor ocurrencia o detección de éstos delitos son en las comunas de Chillán, en 65 ocasiones, le sigue San Nicolás, con 12, y Coihueco, con 11. Sin embargo, muchos de estos casos nacen desde el trabajo preventivo, como lo es en San Nicolás, con los controles realizados por personal del OS-7, SEBV y Unidades Territoriales, respecto a la permanente fiscalización en la Ruta 5; por otro lado, el Plan “Calles Sin Violencia” en Chillán, donde se mantiene una labor permanente, mientras que en Coihueco, se destacan los controles realizados de forma preventiva, siendo la conducción con licencia indebida la más preponderante en esta comuna”, detalló el prefecto de Carabineros Ñuble, teniente coronel Diego Salas.
Para el exprefecto de Carabineros de Ñuble y Biobío, Ricardo Asfura, la mayor fiscalización de las policías y las condiciones económicas y territoriales de la región permiten explicar la menor concentración de delincuencia foránea en Ñuble y, en consecuencia, menos imputados tras las rejas en Ñuble en comparación a otras regiones.
“Hoy en día hay mucho control policial tanto de Carabineros como de la Policía de Investigaciones y eso inhibe un poco al delincuente. Si ve que están fiscalizando, por lo tanto, se van a otras regiones donde hay menos control. Estamos en la zona intermedia. No hay muchas industrias, el mall está en el centro y eso dificulta el accionar del delincuente en cuanto a sus vías de escape. En cambio, en otros lugares como Santiago, La Florida o Maipú, están casi en campo abierto, entran a robar, arrancan y en dos minutos desaparecieron. En Chillán, para desaparecer les cuesta por lo menos 10 minutos, porque se van encontrar con el tránsito, los semáforos, les cuesta mucho más. No están todas las condiciones para quien quiera cometer un delito”, explicó.
Por otra parte, Asfura plantea que el hecho de que las cárceles aumenten su población penal extranjera impone desafíos al sistema legislativo-judicial. A su juicio, endureciendo las medidas y sanciones, como señal para bajar los índices delictuales.
“Los factores son múltiples, las pocas posibilidades de empleo, afortunadamente en la zona por el tema de la fruta se da favorable para el inmigrante, pero cuando ven que es grito y plata cometer delito. Lamentablemente, las medidas cautelares son irrisorias, si no se modifica la reforma procesal penal, de qué sirve. (…) Estas personas que quedan con reclusión nocturna, Carabineros o la PDI, están obligados a clarificar si están durmiendo en su casa. Entonces en vez de hacer una labor preventiva tienen que comprobar que esté en el domicilio y después que se comprueba se va a la policía y si quiere salir lo puede porque nadie lo va a controlar de nuevo, no dan los tiempos”, apuntó.
Comportamiento en la cárcel
Tras las rejas, los internos extranjeros han mantenido un perfil bajo, ya que en su mayoría provienen de una estructura criminal donde estaban relegados a un segundo plano o a funciones menores como “soldados”. Por lo tanto, dentro del sistema carcelario han tratado de mantener un comportamiento “tranquilo” que les permita acceder a beneficios.
“En el régimen interno no tiene una repercusión significativa, el hecho que tengamos privados de libertad extranjeros, entendiendo que la gran mayoría están relegados a funciones de servicio dentro de la pirámide criminal o estructura criminal. No tienen puestos de ascendencia o de toma de decisiones, donde dan órdenes. Entonces, bajo esa lógica son privados de libertad que tienen un bajo perfil. Están en una condición de siempre estar optando a ejecutar alguna labor para conseguir algún beneficio intrapenitenciario o algo que les permita mantener su hoja de comportamiento al interior del penal, mientras hagan su prisión preventiva o mientras realizan su condena en las mejores condiciones posibles, porque a fin de cuentas lo que ellos buscan es salir lo antes posible de prisión”, explicó Cristian Montecinos, presidente de la Asociación de Funcionarios Penitenciarios (Anfup) Ñuble.
Para el dirigente el aumento de 19 a 43 reos en menos de un año, se atribuye al ingreso de extranjeros indocumentados al país y a las dificultades de acceso que existían para conocer el historial de cada caso, situación que se ha remediado en el tiempo con el trabajo de las policías.
“Creo que uno de los grandes puntos de inflexión y la gran amenaza que tuvimos para que se vulneraran nuestras barreras de seguridad en el control jurisdiccional del país, era no tener la certeza de quiénes ingresaban, si tenían algún prontuario delictivo en su país de origen y eso nos permitió tener una amenaza, que para ellos se transformó en una oportunidad de muchas veces posicionarse, donde en Gendarmería, al principio de 2019-2020 lograron segmentarlo como reos primerizos, siendo que en su país de origen tenían un amplio prontuario. Gracias a Dios eso se zanjó, ya hay una interconexión entre las distintas policías y hoy día uno puede prever esa situación y tener una georreferenciación del historial criminal de las personas que ingresan a los penales chilenos”, sostuvo.
El ingreso de reos extranjeros ha significado un impacto en la realidad carcelaria no solo nacional, sino también local, ya que agudiza el problema de hacinamiento que se ha constatado a lo largo de los años en algunos penales. Sin embargo, se han adoptado estrategias para mantener a raya sus efectos negativos.
“Esta unidad fue hecha para 354 internos y ya superamos la barrera de los 600. Gendarmería, que tenía una proyección y una capacidad operativa, para contener una población penal de 41.700 privados de libertad en el sistema cerrado y ya a fines del 2023 íbamos llegando a los 54.000. En esa lógica, todas las cárceles del país parten de un 102% de hacinamiento. Chillán, no es la excepción, acá vamos superando la barrera de los 600, está unidad tiene alrededor de 300% de hacinamiento y obviamente en la medida que vayan ingresando más privados de libertad, ya sea extranjeros o connacionales, se va seguir generando un nivel de hacinamiento que vamos a llegar a un punto, donde no vamos a tener espacios para recibir a más población penal. Obviamente vamos a propender a tener medidas de mitigación y preventivas para efectuar traslados y redistribuir a los internos que tengan bajo compromiso delictual a las unidades de tratamiento de la región”, sostuvo.
Urge nueva cárcel
Consciente de la realidad del penal chillanejo, el exprefecto de Carabineros y actual presidente de la Comisión de Seguridad del Consejo Regional, John Polanco, mencionó que es imperioso mejorar las condiciones de infraestructura, dándole celeridad al proyecto de la futura cárcel de Chillán, ya que la sobrepoblación genera problemas de diversa índole que ponen en riesgo la integridad de los internos, personal de Gendarmería y vecinos de sectores circundantes.
“Si hoy vemos una representación baja comparativamente con otras regiones, ese no es un indicador de conformidad respecto a cómo se va ir comportando frente a delitos que van en escalada y sobre todo a 2024 cuando esta cifra va a ser mucho mayor. Aquí se debe enfrentar partiendo desde la Delegación, exigiendo al Ministerio del Interior, respecto a cuál va ser el proyecto en los próximos años para la construcción de una cárcel concesionada y lo segundo, cuál va ser la forma en que Gendarmería va a poder enfrentar, con una planta reducida, la cantidad de internos que se va ir sumando. Entonces, debe ser considerado un aumento de la planta de Gendarmería”, enfatizó.