Señor Director:
El impacto del contexto sanitario actual, sin duda, ha sido y sigue siendo transversal a todos los sectores. La Fonoaudiología no ha estado exenta. Favorablemente, ha permitido visibilizar y destacar la relevancia de este especialista en múltiples equipos de trabajo, incluso en las unidades de cuidados intensivos de pacientes Covid-19, por su injerencia en la rehabilitación de la deglución, fonación, habla y comunicación.
Por su parte, la intervención de niños y adolescentes ha estado restringida en relación con el acceso a la atención presencial y con ello, las prácticas clínicas que enriquecen los procesos de habilitación profesional de los estudiantes se han visto limitadas. Por fortuna, esta amenaza ha podido transformarse en una oportunidad de expandir las herramientas de intervención, promoviendo la vinculación con la comunidad por medio de plataformas virtuales que han facilitado la instauración y mantención de alianzas terapéuticas. Esto garantiza la formación de estudiantes integrales, que se adaptan y responden a las necesidades de su entorno social.
En la actualidad, por ejemplo, la experiencia docente y asistencial ha podido seguir expandiéndose, gracias a la relación interinstitucional entre nuestra universidad y centros de salud familiar, cuyo trabajo colaborativo ha permitido activar la atención presencial por medio de visitas domiciliarias. Aquello ha impactado positivamente en la motivación tanto de quien presta el servicio como de quien lo recibe. Así, el abanico de estrategias sigue creciendo, contemplando la entrega de material individualizado para apoyar la intervención, el uso de facilitadores específicos multisensoriales y la comunicación fluida e inmediata con el entorno familiar. Todo ello llevado a cabo a través de experiencias de aprendizaje en contextos significativos para los usuarios: su hogar.
Tircia Rojas Montoya
Fonoaudióloga y docente clínico USS