Señor Director:
Tras el ataque cibernético que afectó al BancoEstado, obligándolo a cerrar todas sus sucursales temporalmente, quedó una vez más demostrado lo frágil que puede llegar a ser la seguridad en línea. Después de todo, si grandes empresas con equipos dedicados a la ciberseguridad son víctimas de estos ataques, ¿qué queda para el usuario común y corriente?
Lo cierto es que rara vez somos nosotros, los usuarios, los objetivos de los erróneamente llamados “hackers” (el término correcto es “cracker”, ambos son expertos informáticos, pero el cracker los aplica con fines ilícitos). Fuera de estafas como el phishing, donde se engaña al usuario haciéndole pensar que una empresa está solicitando sus datos o claves, los ataques más comunes son a grandes empresas.
No olvidemos que el 2018 el Banco de Chile sufrió el robo de más de diez millones de dólares tras un sofisticado ataque cibernético que, según expertos, fue planificado durante meses. Los crackers estudiaron el comportamiento en la web de los funcionarios del banco para saber dónde infiltrar un virus que luego gatillaría y serviría como distracción para el robo de los fondos. Incluso gigantes del rubro web como Facebook, Ebay o Amazon, han sido objetivo de grandes ciberataques.
Urge que tanto empresas como usuarios comencemos a educarnos sobre seguridad en la web. Basta con que una persona dentro de una institución abra un correo malicioso, para que todo el sistema se infecte sin que nadie lo note.
