Un llamado a la colaboración y a impulsar el desarrollo de las pymes forestales hizo el presidente Ñuble-Biobío de la asociación gremial de pymes madereras Pymemad, Michel Esquerré, quien en conversación con Radio La Discusión abordó la crisis estructural que afecta al sector.
“Veníamos de una crisis muy fuerte en 2019 por la guerra comercial de China y Estados Unidos. Los pequeños nos vimos muy afectados, lo que causó el cierre de más de 30 plantas en el país y más de 2.500 despidos”, dijo.
El dirigente subrayó que “lo que vivimos como una realidad permanente en el sector es el alto grado de concentración en la industria. Hoy el 80% de las exportaciones las realizan dos grandes compañías”, sostuvo.
A nivel local, expuso que “en las pymes madereras trabajan 11 mil personas, y representamos el 60% de la fuerza laboral del sector, con el 30% de los recursos de madera; en cambio, la gran industria, que tiene el 60% de los bosques, utiliza el 30% de la mano de obra”.
Explicó que las pymes no tienen suficiente patrimonio forestal para subsistir y proyectarse, lo que les impide acceder a financiamiento, y por ello dependen del patrimonio que le entreguen las grandes empresas.
Esquerré criticó que no existen estadísticas oficiales. “El Estado no quiere mostrar el fracaso de sus políticas en este sector, éste debe ser el más concentrado del país. Está bien y se entiende una alta participación en la elaboración de celulosa y las grandes plantas de tableros, pero ni siquiera han dejado espacio para tener un futuro auspicioso para las pymes en el rubro del aserrío, donde podemos ser un enlace con las grandes compañías”.
Por otro lado, afirmó que “el Estado no ha acompañado mucho, por ejemplo, hoy se está discutiendo la ley que crea el Ministerio de Agricultura y Alimentos, pero el sector forestal no contará con Subsecretaría, pese a que representa más del 3% del PIB”.
Más mercado
El presidente de Pymemad planteó que “el camino que promovemos es el de la cooperación, estamos apelando a las grandes compañías a que cooperen, y que nos consideren dentro de sus cadenas de valor, traspasándonos cierta producción donde nosotros somos más flexibles, para hacer productos de nicho. Ha sido difícil y lento, pero hemos conseguido dialogar con ellos, porque son dueños del 70% del patrimonio de pinos que existe en Chile.
El otro camino, acotó Esquerré, está en las nuevas plantaciones: “El Consejo de Política Forestal dijo que plantarían 500 mil hectáreas en suelo degradado del secano interior, pero no se ha plantado nada, porque estamos bajo el estigma de que todos los beneficios que se apliquen en el sector van a ir a parar a los dos grandes conglomerados”.
Ése fue precisamente el argumento utilizado por algunos sectores políticos para frenar en 2013 el proyecto que extendía el decreto de fomento forestal.
Por otra parte, se plantea que el Estado debe propender a que exista un mercado de oferta y demanda de madera, y que no esté capturado por las grandes empresas.
La Fiscalía Nacional Económica ha estudiado la concentración y su efecto en el mercado de la madera, particularmente en el caso del pino para el aserrío, donde se advierte que el problema de fondo es la integración vertical de la industria, donde algunas compañías controlan toda la cadena.
Foto: Mauricio Ulloa