Close
Radio Radio Radio Radio

Arrau reconoce que no son mayoría en la Convención y se enfoca en el plebiscito

Martín Arrau (UDI) llegó a la Convención Constitucional respaldado por una primera mayoría en Ñuble. Sin embargo, su sector no corrió la misma suerte en el país.

La derecha no alcanzó el tercio que necesitaba para influir en la redacción de la nueva carta magna, y dicha pérdida de poder sin duda ha marcado su accionar en estos casi ocho meses de trabajo.

[bg_collapse view=”button-orange” color=”#4a4949″ expand_text=”Leer más” collapse_text=”Menos” inline_css=”width: 100%” ]

Sindicado como uno de los más duros representantes de la idea de no efectuar cambios refundacionales, Arrau ha sido claro en manifestar lo que no le gusta (ha votado en contra de gran parte de las propuestas del sector de centro izquierda, por contener principios comunes: la plurinacionalidad, la ideología de género o el lenguaje inclusivo, el cual considera “una estupidez”); se ha enfocado en difundir por medio de sus redes sociales sus planteamientos y ha cuestionado constantemente a las mesas directivas.

Es más, hace unas semanas fue increpado públicamente por el convencional Jorge Baradit por desinformar en torno al trabajo de la Convención.

“Quiero pedirle a Martín Arrau que abandone por favor su política de mentiras, noticias falsas y de inducir al error. Ya fue denunciado en el pleno por los videos que está subiendo a Twitter donde da a entender que se aprueban cosas; se burla de la norma de derecho al cuerpo o de la justicia feminista y mueve a las personas a pensar que éstas son normas aprobadas. Por supuesto, están aprobadas para su discusión, y las elige con pinzas, hay casi 2 mil normas aprobadas, sin embargo, se refiere a diez o quince, dejando de lado las otras l.985. Elige con pinzas las que pueden causar daño a la percepción de la opinión pública sobre el trabajo de la Convención. No es mentira lo que dice, pero es de una deshonestidad intelectual y de una mala fe que me pone muy nervioso y me incomoda profundamente. Esperaba mucho más de ti, te pido que no le hagas daño a la Convención”, fueron las palabras del constituyente de izquierda.

“Él admite que lo que digo no es mentira, y yo soy súper cuidadoso de lo que digo, todos los videos los revisamos antes con el abogado. Pero esto es política, y una bastante teatral. Es parte del cuento”, sostuvo Arrau respecto del episodio con Baradit.

Sincerando posturas

– La derecha reclama no ser escuchada. Pero concurrieron a una elección, tienen representantes, proponen iniciativas y entregan sus puntos de vista. ¿Cuál es el problema?

– Yo desdramatizo el tema de que no somos escuchados en la Convención. ¿Tengo derecho a usar la palabra? Sí, pero ahora lo redujeron a dos minutos. Se me escucha, sí, pero dos minutos. Lo que me inquieta es que no hay mayor preocupación por sacar una buena norma que se preocupe de interpretar a todos los sectores políticos, o hacer un buen análisis de los costos y beneficios para el país. No hay efectivamente un diálogo intelectual. La izquierda tiene los 2/3, puede hacer lo que quiera y está haciendo lo que quiera. Listo. No me amargo cuando veo que las normas aprobadas en comisiones son en un 92% de la izquierda, y en un 8% de derecha. No tenemos ni siquiera el tercio, es la realidad que quedó y es un problema objetivo para la Constitución, porque así como decían que la otra era la Constitución de Pinochet, ésta será la de la extrema izquierda.

– Pero la Convención fue elegida democráticamente; se mantuvo el alto quórum de los 2/3 para las votaciones. ¿Cuál sería el problema de legitimidad?

– No hay un tema de legitimidad, los constituyentes están debidamente electos, con reglas del juego que yo encuentro poco legítimas, sí, pero son las normas que se dieron en el parlamento y que las personas votaron. Por ejemplo, tenemos 17 cupos reservados para personas con ciertas características (pueblos originarios) en vez que sean elegidos por todos los chilenos. Acá no hay igualdad democrática, pues hay personas especiales. Se permitieron listas de personas independientes sin mayor afinidad ideológica para sumar sus votos. Podemos discutir si en Chile existen 2/3 de la población que estén de acuerdo con lo que se está discutiendo en la Convención y lo veremos en el plebiscito. La gran dificultad es que la gente vote informada.

– ¿Hay desazón en la derecha? Se habló en un momento incluso que abandonaban la Convención…

– Yo soy re poco ingenuo, sabía desde el primer día que esto iba a pasar, nunca tuve esperanza que esto fuera realmente un espacio de diálogo. Pero sí otros constituyentes creyeron que habría un ejercicio democrático, intelectual y jurídico, sobre todo, en el pleno, y no pasó, por el contrario, se pasó la máquina. Recién ahí se dieron cuenta que estábamos en un ejercicio político e ideológico con un sector que tiene los 2/3, y el resultado que se puede esperar es uno solo.

– ¿Por qué hay tanto miedo al cambio en la derecha?

– Yo no tengo ningún miedo al cambio. Lo que quiero son buenos cambios y no estupideces como las que se proponen. Yo creo en la igualdad ante la ley y no en el pluralismo jurídico; en la igualdad entre hombres y mujeres, no puedo estar de acuerdo con que exista ideología o un enfoque de género. He propuesto muchos cambios, pero los hemos perdidos todos.

– ¿Su apuesta ahora entonces es a que la ciudadanía vote informada?

– Exactamente. Soy realista, en la convención tenemos un rol y ése es seguir realizando el proceso según las normas democráticas, pese a que se han saltado varias. E informar a la ciudadanía lo más objetivamente, desde nuestro punto de vista, qué cosas que se están haciendo creemos que son malas para el país, cuáles son buenas, y que la gente se informe. Eso es lo que podemos hacer ahora. Tenemos claro que no tenemos ninguna posibilidad de aprobar normas que vengan de nuestro sector.

[/bg_collapse]

Agregar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos requeridos están marcados *

Leave a comment
scroll to top