Señor Director:
Argentina fue, a fines del siglo XIX y en las primeras décadas del XX una de las primeras potencias del mundo. Fue punto de atracción de millones de europeos hasta que hace poco más de medio siglo le cayó la maldición del populismo peronista. Hoy ocupa el lugar 130.
La mitad de la población vive del Estado, millones reciben bonos por hacer nada, la NASA tiene 17 mil integrantes, la dirección científica argentina tiene 35 mil. 50 % en la pobreza.
Contra este estado de cosas votó recientemente el pueblo argentino y llevó a la presidencia a un joven economista que se presenta en rechazo a la miseria y la corrupción. Está por verse si sus propuestas son eficaces y posibles. El punto es que perdió el peronismo por cansancio.
Expectación en el mundo, alguno simplifica y dice que ganó la extrema derecha. No hay 15 millones de ultraderecha, el pueblo rechazó con la carta disponible. Gran derrota del progresismo con su letanía: representación de los pobres, feminismo, minorías sexuales, lenguaje inclusivo y otras consignas de “avanzada social”. No faltarán los que me atribuyan aplausos al ganador, aclaro que si hubiese tenido que votar, lo habría hecho por Patricia Bullrich que llegó tercera, el punto es que Milei llegó segundo y en la definición no hubo más alternativa frente al populismo que votar por el liberal enfrentado al continuismo peronista.
El ganador recibió el apoyo del ex presidente Macri, aseguró su victoria y el concurso de buenos técnicos, moderó sus propuestas. Está por verse si los sindicatos corruptos lo dejan modernizar el Estado. Argentina es un país de grandes recursos, sólo necesita un gobierno que libere al Estado de la privatización partidista. Pronto sabremos si la esperanza se abre camino o se instala la letra de un nuevo tango.
Alejandro Witker
Historiador
