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Las ciudades, en contraste con las áreas rurales, son lugares donde predominan el cemento, el estrés, el apuro y el bullicio, generando un ambiente que provoca ansiedad. Es por eso que anhelamos las vacaciones o los feriados largos para escapar de la ciudad hacia lugares apacibles, idealmente acompañados del canto de aves y el murmullo de hojas agitadas por la brisa, buscando esa sensación de tranquilidad, sosiego y reflexión. ¿Qué tal si, en lugar de esperar esos días tan anhelados, y que además requiere coincidir con alguna holgura económica en la familia, pudiéramos acceder a áreas verdes a no más de 300 metros de nuestros hogares? Bien, eso es justamente lo que recomienda la Agencia del Gobierno Británico Natural England. Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda entre 9 a 12 m2 de área verde por habitante.
Sin embargo, en la ciudad de Chillán apenas alcanzamos a cubrir 3 m2 por habitante, muy por debajo de la media de Chile, que es 5 m2 por habitante. Chillán carece de grandes áreas verdes, parques o jardines lo suficientemente extensos para acoger a familias en busca de recreación, paseos bajo árboles generosos de sombra y frescor, especialmente en estos días calurosos que parecen haber llegado para quedarse.
La ciudad necesita más áreas verdes. Actualmente, podemos identificar seis lugares: Avenida Argentina, Avenida Brasil, Plaza la Victoria, Plaza San Francisco, Plaza Santo Domingo, Parque de los Artistas.
Sin embargo, estos espacios resultan insuficientes. No consideramos las multicanchas, ya que son esencialmente áreas planas con cemento o tierra (raramente de pasto) donde, si bien hay recreación, no se fomenta la reflexión, la espiritualidad, ni el contacto con la naturaleza. Tampoco incluimos los cementerios, ya que claramente tienen un propósito diferente.
Un área verde no sólo es un lugar de esparcimiento y recreación, sino también un sitio de reflexión donde podemos conversar con la naturaleza en perfecta armonía. Es un lugar donde podemos combinar juegos infantiles, espacios para que los niños puedan jugar y divertirse (hay otros lugares en la ciudad para equipos de fútbol). Debe haber espacios con vegetación arbustiva, arbórea, plantas anuales con bellas flores, e incluso, al colocar letreros de identificación de especies, pueden servir para educar a la comunidad. Las sendas pueden ser de un material con sentido inclusivo donde pueda circular una persona en silla de ruedas, cochecitos de bebé, niños aprendiendo a caminar o personas con dificultades de desplazamiento.
Aún no he mencionado los beneficios que un pulmón verde aporta al ambiente, ayuda a mitigar el efecto del cambio climático, la mejora de la salud mental, reducción de la depresión, aumento de la felicidad y promoción de la convivencia entre vecinos, así como la reducción de la delincuencia.
Como un llamado a la Ilustre de Municipalidad de Chillán ¿Necesitamos áreas verdes en Chillán? La respuesta es evidente. No sólo debemos cuidar lo que ya tenemos, sino crear nuevos espacios verdes que sirvan tanto ahora como legado para el futuro de nuestros hijos y nietos. Ellos lo agradecerán.
Dra. Patricia Arancibia Ávila, Profesor Titular Departamento de Ciencias Básicas, Facultad de Ciencias, Universidad del Bío-Bío Chillán.